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LONDRES.— La primera ministra británica Theresa May superó una moción de censura impulsada por los legisladores del Partido Conservador que pudo haber acabado abruptamente con su mandato.
En una votación anónima del miércoles, 200 legisladores respaldaron a May y 117 votaron en su contra.
Los resultados significan que May mantendrá su puesto como líder del partido y como primera ministra mientras continúa tratando de ganar la aprobación parlamentaria para su plan del Brexit.
Su victoria significa que los conservadores no podrán desafiarla durante otro año.
May podría enfrentarse a otro reto en el Parlamento si el Partido Laborista busca una moción de censura en la Cámara de los Comunes por su acuerdo de separación con la Unión Europea.
La primera ministra planea negociar con líderes de la UE para hacer cambios al acuerdo de divorcio propuesto, al que se oponen muchos legisladores.
En un breve discurso ante su residencia oficial de Downing Street, May reconoció que un número "significativo" de diputados conservadores han votado contra ella (117 de 317) y aseguró que ha "escuchado lo que han expresado".
La jefa de Gobierno declaró que mantiene sus planes de viajar mañana, jueves, a Bruselas para reunirse con los líderes de los 27 Estados miembros restantes de la UE.
Allí, buscará "garantías legales y políticas" sobre el mecanismo de seguridad para evitar una frontera en Irlanda del Norte, el principal escollo para aprobar en el Parlamento el acuerdo sobre el "brexit" al que el Gobierno británico ha llegado con la Unión Europea (UE).
Tras superar la moción de confianza, May aseguró que se enfrenta a una "misión renovada" para "entregar el 'brexit' por el que votó la gente" y "construir un país que funcione para todos".
"Los políticos de todos los bandos deben unirse y actuar en el interés nacional", dijo la mandataria conservadora, que se vio obligada a aplazar la votación sobre el tratado de salida de la UE en el Parlamento el pasado martes al no contar con una mayoría suficiente para ganarla.
El diputado Jacob Rees-Mogg, uno de los líderes de la facción euroescéptica de los "tories", consideró tras la votación de hoy que el resultado es "terrible" para May, que necesita convencer a ese grupo de parlamentarios para que respalden el acuerdo en una votación que espera convocar antes del 21 de enero.