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María Butina/ Foto: EFE
María Butina, acusada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de espionaje a favor de Rusia, su país natal, posando como una activista a favor del uso de las armas de fuego, se declaró hoy culpable de conspirar en calidad de agente foránea.
Butina, de 30 años, aceptó la culpabilidad en la acusación individual de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero entre 2015 y 2017, como parte de un acuerdo de negociación de cargos para buscar una sentencia reducida.
La joven reconoció haber operado en Estados Unidos bajo las instrucciones de un operador del Kremlin con el propósito de establecer líneas de comunicación con la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y con políticos estadunidenses a través del consultor Paul Erickson.
De acuerdo con la acusación, la mujer trabajaba bajo las órdenes de un funcionario de alto nivel en Rusia, que no fue identificado en el proceso judicial.
Sin embargo, medios estadunidenses mencionaron la posibilidad de que se trata del exlegislador y exfuncionario del banco central de Rusia, Alexander Torshin.
La misión era presentar a Rusia, ante los miembros del NRA y que son simpatizantes del Partido Republicano, como un aliado potencial de Estados Unidos, en sincronía con las expresiones públicas del entonces candidato presidencial Donald Trump.
De acuerdo con diversos reportes, Butina trató de ayudar a concretar una reunión secreta entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin.
Aún no se fija una fecha para la audiencia oficial de sentencia para Butina.
María Butina, acusada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de espionaje a favor de Rusia, su país natal, posando como una activista a favor del uso de las armas de fuego, se declaró hoy culpable de conspirar en calidad de agente foránea.
Butina, de 30 años, aceptó la culpabilidad en la acusación individual de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero entre 2015 y 2017, como parte de un acuerdo de negociación de cargos para buscar una sentencia reducida.
La joven reconoció haber operado en Estados Unidos bajo las instrucciones de un operador del Kremlin con el propósito de establecer líneas de comunicación con la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y con políticos estadunidenses a través del consultor Paul Erickson.
De acuerdo con la acusación, la mujer trabajaba bajo las órdenes de un funcionario de alto nivel en Rusia, que no fue identificado en el proceso judicial.
Sin embargo, medios estadunidenses mencionaron la posibilidad de que se trata del exlegislador y exfuncionario del banco central de Rusia, Alexander Torshin.
La misión era presentar a Rusia, ante los miembros del NRA y que son simpatizantes del Partido Republicano, como un aliado potencial de Estados Unidos, en sincronía con las expresiones públicas del entonces candidato presidencial Donald Trump.
De acuerdo con diversos reportes, Butina trató de ayudar a concretar una reunión secreta entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin.
Aún no se fija una fecha para la audiencia oficial de sentencia para Butina.
