La cosmovisión mexica en la Piedra del Sol

La cosmovisión mexica en la Piedra del Sol

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Fue el 17 de diciembre de 1790 cuando en el costado sur de la Plaza Mayor de la Ciudad de México se desenterró una de las piezas que ha sorprendido a miles y que inspiraría el título de uno de los poemas inmortales de Octavio Paz: "La Piedra de Sol".
El monolito de 24.5 toneladas y 3.6 metros de diámetro fue colocado en la torre poniente de la Catedral Metropolitana viendo hacia la que hoy es la calle Cinco de Mayo, lugar donde estuvo por casi 100 años hasta que en 1885 fue trasladada a la Galería de Monolitos del Antiguo Museo Nacional (en la calle de Moneda, del Centro Histórico). Tuvieron que pasar muchos años para que en 1964 el monumento ocupara un lugar de honor en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología.
Fuera de la historia uno de los elementos que ha creado fascinación desde hace 228 años es su iconografía, la cual, según la arqueóloga Bertina Olmedo, explica la cosmovisión del pueblo mexica.
A través de un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se ha indicado que en su centro se encuentra el glifo 4 Movimiento, conocido como nahui ollin, nombre del Quinto Sol, que fue la era de los mexicas.
El rostro semidescarnado de Tonatiuh está al centro de este monolito. Su lengua está representada por un cuchillo, símbolo del sacrificio humano que el dios solar exigía para alimentarse y renacer cada día.
El disco solar está representado como una sucesión de anillos concéntricos que contienen diferentes elementos relacionados con el registro del tiempo. Los rayos y puntas que irradian de su superficie marcan las cuatro direcciones y los movimientos del sol.
Una serie de glifos representan los símbolos de los días en uno de los círculos intermedios. Entre ellos se encuentran un lagarto, el viento, una casa, una lagartija, una serpiente, la muerte, un venado, un conejo, agua, un perro, un mono, hierba, caña, jaguar, un águila, un zopilote, un pedernal, lluvia y una flor.
En el último anillo hay dos serpientes de fuego que abren sus fauces, de las cuales surgen los perfiles de dos deidades frente a frente.