El Pibe en pulso

A-AA+

JUSTO RECLAMO

Uno de mis cinco o seis lectores, en este caso el estimado Arnoldo Urbiola Espinoza, me envía unas líneas de justo reclamo. Dice en su mensaje: “Buen día Pibe, leí su columna en el Pulso de hoy 4 de diciembre y se me hizo muy raro, que no expresara algún comentario, sobre el campeonato logrado por los Atléticos de San Luis”.
Ciertamente, no me referí a la hazaña del Atlético de San Luis (que en cierto modo “rima” con Atlético de Madrid, cuya organización ha tenido la fortuna de invertir en nuestro equipo y ya ven: se ha logrado el primer paso para lograr el boleto e incursionar nuevamente en la Primera División mexicana). Y no lo hice porque mis colegas, el licenciado Juan Antonio Lee López y el profesor Antonio Loría de Regil, nos ofrecieron estupendas crónicas, atinados comentarios y ágiles entrevistas con los triunfadores de la División de Ascenso. Yo respeté su labor periodística, aunque siempre se mueve el gusanillo periodístico para referirse al deporte que más nos apasiona. Lee, con su información desde el estadio, narrándonos paso a paso el duelo final y la angustiante pero muy merecida victoria del Atleti. Loría, con sus comentarios ágiles, oportunos, atinados, es un hombre-futbol y sabe de esto más de lo que muchos resumen de saber.
Así que me llené de su información, aunque también deploré la actitud grosera, vulgar, lamentable del que hace muchos años fuera campeón mundial en el futbol de paga. Me refiero a ese controvertido personaje venido a menos por su baja calidad moral, su inclinación hacia los estupefacientes y hacia el escándalo dentro y fuera de las canchas, sí el apodado “Pelusa” Diego Armando Maradona, quien en evidente estado inconveniente, se enfrentó a los aficionados que descubrieron que él estaba en las tribunas.
Mal, muy mal estuvo este individuo quien en vez de propiciar el escándalo, debiera poner el mejor ejemplo de disciplina, ecuanimidad y respeto por el rival y por los aficionados que no siguen a su equipo, el cual estuvo a un tris de lograr el anhelado triunfo. Pero no. Se comportó grosero, vulgar, mentando madres y desafiando a los aficionados en el estadio Lastras Ramírez.
Sí… hacía falta comentar algo del Atleti de San Luis. Es justo campeón del torneo, le ha entregado un regalazo a sus fieles aficionados que abarrotaron el estadio el día en que se jugó la final, y fortaleció la esperanza para que en el próximo torneo, nuestro equipo surja campeón para que no tenga necesidad de jugar dos partidos con otro que pudiera ser finalista.
Si me permiten, amigos lectores, el juego final entre Atlético de San Luis y Dorados de Sinaloa, ofreció un espectáculo digno, incomparable, pleno de emociones, pues los nuestros regresaron de la costa occidental mexicana, con un marcador adverso, y aún tuvieron que igualar el marcador cuando los “Dorados” se habían puesto adelante. Y luego, los tiempos extras: júbilo en la tribuna, en la ciudad, en los municipios en donde recibían la señal televisiva. Un Atlético de San Luis incomparable, un futbol bien jugado, con técnica, con buena estrategia y con mucha calidad en cada jugada.
Si hacemos una comparación con ese desangelado futbol que “ofrecieron”, así entrecomillada la palabreja, los supuestos “grandes” del futbol mexicano, Águilas y Cementeros, en sus dos juegos de final, me quedo con el de los nuestros, pues éstos sí jugaron para ganar. Los de la Ciudad de México ofrecieron sólo un deprimente espectáculo, pero como sin goles no hay paraíso, tuvo que venir un error garrafal del portero azul, para que el rival tuviera la fortuna de anotar el primer gol.
“Dios mío, hagan siquiera UNA jugada futbolera”, clamaban los cronistas que narraban el partido. Y así, vino una segunda anotación amarilla y todo estaba consumado. Cruz Azul, ni fu ni fa. América, con poco pero se hizo del trofeo. Si así llegan a los torneos internacionales, poco les dará el gusto de participar, como sucedió con las Chivas en el Mundial de Clubes.
Así las cosas y esperando haber satisfecho al estimado lector, hasta el martes próximo, DM.