Medio año de planeación y desarrollo de algunas piezas, es necesario para llevar uno de los elementos centrales de la alegría de las fiestas de temporada navideña a los hogares de San Luis Potosí: Las piñatas.
Han transcurrido casi 17 años desde que una familia modesta en la avenida Mariano Ávila y su cruce con las entonces nuevas vialidades para conectar con el puente vehicular Carlo Magno, salió a la calle con diez piñatas y un anuncio de arreglo de regalos.
Ahora, toda una familia y amigos trabajan durante meses para desarrollar piñatas de la forma tradicional de estrella, para terminar hechas pedazos a palos, y con dulces y fruta regados en los patios de las casas o de puntos de reunión.
La señora Candelaria Guevara y su cuñada Verónica iniciaron con el pequeño negocio y poco a poco especializan el diseño y colorido de las estrellas, pero a lo largo del año también elaboran piñatas de diferentes personajes y especiales para festejos.
La planeación era cuestión de cálculo, puesto que el primer día que instalaron su negocio y una vez abierta la calle que conecta con el puente vehicular Carlo Magno, se acercaron aproximadamente 15 clientes y entonces intuyeron que sí sería posible trabajar en la elaboración de las piñatas en forma constante.
Explicó que el diseño ha evolucionado y poco a poco buscan materiales para mejorar el producto y evitar que se vean igual que las que se encuentran en otros puntos de la ciudad.
Las primeras piñatas de la historia de su negocio eran elaboradas con cartulinas y papel de regalo, y poco a poco fueron más resistentes y elaboradas con base en mejores materiales.
Además, agregan mayor colorido y más papel para que sean presentables e incluso diversificar los tamaños, puesto que la más grande mide 3 metros y medio, y la más pequeña alrededor de diez centímetros, y es especial para colgarla en el retrovisor de un automóvil.
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Ahora, toda una familia y amigos trabajan durante meses para desarrollar piñatas de la forma tradicional de estrella, para terminar hechas pedazos a palos, y con dulces y fruta regados en los patios de las casas o de puntos de reunión.
La señora Candelaria Guevara y su cuñada Verónica iniciaron con el pequeño negocio y poco a poco especializan el diseño y colorido de las estrellas, pero a lo largo del año también elaboran piñatas de diferentes personajes y especiales para festejos.
La planeación era cuestión de cálculo, puesto que el primer día que instalaron su negocio y una vez abierta la calle que conecta con el puente vehicular Carlo Magno, se acercaron aproximadamente 15 clientes y entonces intuyeron que sí sería posible trabajar en la elaboración de las piñatas en forma constante.
Explicó que el diseño ha evolucionado y poco a poco buscan materiales para mejorar el producto y evitar que se vean igual que las que se encuentran en otros puntos de la ciudad.
Las primeras piñatas de la historia de su negocio eran elaboradas con cartulinas y papel de regalo, y poco a poco fueron más resistentes y elaboradas con base en mejores materiales.
Además, agregan mayor colorido y más papel para que sean presentables e incluso diversificar los tamaños, puesto que la más grande mide 3 metros y medio, y la más pequeña alrededor de diez centímetros, y es especial para colgarla en el retrovisor de un automóvil.
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