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Penélope Córdova, una cuentista con el estilo de contar de las abuelas

Por EFE

Abril 30, 2023 04:08 p.m.

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México, 30 abr (EFE).- Aunque estudió letras y da clases de creación literaria, la escritora mexicana Penélope Córdova asume el acto de contar historias con la simplicidad del hombre de las cavernas ante el fuego, o el de las abuelas amorosas.

"Lo único que se necesita es que la historia tenga un inicio, un desarrollo y un final; no importa si el inicio va último. Así es como narramos las historias los que escribimos y así lo hacen las abuelas", aseguró este domingo la autora en entrevista con EFE.

Córdova (Guanajuato, 1982) acaba de presentar en la capital mexicana su volumen de cuentos "Panteón familiar", un cuaderno de 38 biografías ficticias publicado por la editorial Hormiguero, en el que la ensayista experimenta con las palabras de una manera lúdica.

"Para mí la parte mejor de ser escritor es escribir. Está bien revisar el texto, mandarlo al editor y publicar, pero lo mejor es escribir. No lo haría si no supusiera una diversión", señaló.

El volumen de 195 páginas, ganador del premio Bellas Artes, propone jugar con la escritura; los cuentos cambian de tipo de narrador, de persona narrativa y los puntos de vista, lo cual provoca un efecto de frescura en los lectores.

"Algunas historias poseen sentido del humor, otras son oscuras, violentas o esquizofrénicas; unas abarcan una vida entera, otras una vida a partir de un momento. Fui resolviendo todo tipo de situaciones para que cada una pareciera distinta", reveló.

VISITANTES NOCTURNOS

En las noches de insomnio del proceso de creación de su libro, Córdova convivió con sus personajes, que tomaron la costumbre de aparecer como seres de carne y hueso.

"Suena fantástico eso de que los personajes hablan, pero lo hacen. Si los conoces bien, ellos mismos te dirán cómo se comportarían en tal situación. Tuve noches de irme a la cama con 35 personajes y en algún momento soñé con algunos", confiesa.

Las historias de "Panteón familiar", que pueden leerse en cualquier orden, caminan en un ambiente de intimidad. Sin alharacas, Córdova cuenta las intimidades de emigrados, solidarios, desencantados, tristes, ególatras, abusadores o seres obsesionados con su destino.

"Quería que el lector pudiera leer de diversas maneras, y tuviera la oportunidad de volver a lo leído, aunque abriera el libro por la mitad, el final o el inicio", explica.

Las mayoría de las historias son de europeos del Este y están contadas sin respeto a los límites impuestos por los géneros.

"Es un libro de cuentos que se lee como novela. Algunos textos parecen ensayos, pero son ficciones, algunos tienen tintes autobiográficos como el último, acerca de la mexicana Nuria Véguer, quien retrata algunas de mis obsesiones: como yo, no tendrá hijos y lee mucha literatura eslava y alemana", confiesa.

ESCRITURA SIN CORSET

Quien lee a "Panteón familiar" puede asumir que la cuentista se quita el corset para escribir. Según la autora, si eso es cierto, está relacionado con su condición de lectora de poesía.

"Leer poesía quita el acartonamiento, ayuda a soltar el lenguaje y nos hace bien en todos los sentidos, ya sea como lectores o escritores", asegura.

La autora mexicana nació semanas antes de que en 1982 le dieran el premio Nobel de Literatura al colombiano Gabriel García Márquez, pero el autor de "Cien años de soledad" no fue su modelo. Tampoco sus coetáneos del boom latinoamericano.

"Los leí atenta, pero me gustó más explorar a autores de Europa del Este como el serbio Danilo Kis, la húngara Magda Szabó y los polacos Jerzy Andrzejewski y Tadeusz Rózewicz. También leo mucho a latinoamericanos menos visitados, como el argentino Rodolfo Wilcock, la argentina Samanta Schweblin y la chilena Nona Fernández", revela.

Penélope Córdova no es una mujer con bolso de piel marrón, zapatos de tacón ni vestidos de domingo. No espera a un hombre en una estación porque eso la distraería de su alegría primera, escribir con la técnica de contar de las abuelas.

"Quiero explicar este país que llevo dentro; es una frase que le robé a una de mis alumnas y puede ser la mejor respuesta si me preguntan por qué escribo", finaliza.