PULSO SEMANAL...

A-AA+

Estafando con gallardía Cambios convulsos

Concluyó una semana que dejará para la historia, el descubrimiento de quiénes son los servidores públicos que dejarían huella, no necesariamente positiva. Algunos porque en su ausencia comienzan a desnudar su trabajo, y mostrar las señas de los desórdenes administrativos que alguna autoridad, si es que se quiere comprometer, deberá perseguir hasta la reparación del daño.

“Una estafa con Gallardía”, es la frase que marcó la semana que concluye. Manejo inadecuado de una administración municipal gallardista, que en su turbidez, sacó a la luz pública lo que sólo era comentario por voces de quienes rompían el silencio, o aquellos que en los pasillos de una casa, en la cocina, en la sala o en una comida con amigos, comentaban como el precio de votar para la alcaldía, por un candidato de pseudo izquierda.

En el largo recuento de los daños, que incluye las huellas de análisis financieros que no hacen cuadrar números, la alcaldía capitalina se discute con sus antecesoras el título de la que peores deudas dejó, que arroja un crack en la credibilidad en la administración pública, por denuncias de extorsión, descuentos de sueldo a trabajadores, y hasta literal robo de sus impuestos federales por cantidad multimillonaria, que descontaron a los empleados y nunca ingresaron a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Las redes de complicidad de las autoridades, incluyen “ayudas” de funcionarios, como la que llevó a dejar en la impunidad un saqueo en Soledad de Graciano Sánchez por doscientos millones de pesos hace 4 años. Ahora, la nueva alcaldía reporta nada más por el caso de la Secretaría de Hacienda, falta de pago por 180 millones de pesos, de impuestos de los empleados. Nada bueno presagia ese punto para quienes sean responsables.

En forma adicional, poco a poco la hacienda pública empieza a mostrar su peor cara. Van llegando proveedores a cobrar su trabajo, y conforme crece la fila, la alcaldía capitalina “desmenuza” las deudas que no están en los “libros blancos”. Sobre estos últimos, la actitud cómplice de diputados permitió que la entrega-recepción no incluyera revisión física. Los diputados “legalizaron” el tiempo suficiente para esconder cifras.

Dos semanas convulsas, de cambios del personal operador de los Gallardo, dejaron de muestra que el abierto juego de intereses por el control financiero y de cargos públicos. El despido de Alfredo Zúñiga Herverth del Interapas, el retiro del gallardista José Luis Castro del Interapas de Soledad, y el remate con el director del Instituto Municipal de Planeación, terminaron por desnudar lo importante que es para la “gallardía” conservar esos cargos.

La falta de planeación urbana, durante casi los 3 años del Instituto Municipal de Planeación, propició actos que derivaron en denuncias de extorsión de desarrolladores urbanos, de trámites irregulares, cansados o con exigencias inverosímiles, y hasta leyendas urbanas de petición de “moches” en especie a cambio de un permiso de uso de suelo y de construcción de departamentos.

El análisis de la administración municipal que concluyó, bien puede empezar por aquellos casos donde la “Gallardía” se fue contra su propio pueblo, y con el añadido de actuar contra sus propios trabajadores, al descontarles dinero, al retenerles impuestos sin pagarlos o al despedirlos y dejarlos en la vulnerabilidad laboral, personal y familiar.

¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!