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La necesidad ahoga a los sirios tres meses después de los sismos

Por EFE

Mayo 07, 2023 03:38 p.m.

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Noemí Jabois

Beirut, 7 may (EFE).- Tres meses después de los terremotos que devastaron amplias zonas de Siria, las necesidades de la empobrecida población, ya lastrada por doce años de guerra, no dejan de crecer, mientras algunas de las ayudas específicas para los afectados por los seísmos comienzan a agotarse. 

"Después de los tres meses, evidente la calma es más real, sin embargo la emergencia se sostiene. Recordamos que (van) doce años de guerra, es imposible recuperar, más esta situación de terremoto pues agrava las cosas", dijo hoy a EFE desde Alepo (noroeste) el voluntario salesiano Mateo Colmenares.

Según datos de la ONU, más de 15 millones de sirios necesitaban ayuda humanitaria antes de la tragedia del pasado 6 de febrero, que afectó a unos cuatro millones de personas en las áreas gubernamentales y a muchas más en las zonas opositoras, donde la mayor parte de la población son desplazados internos.

AYUDA CON FECHA DE CADUCIDAD

Si bien el llamamiento de emergencia lanzado por las Naciones Unidas tras los seísmos ha podido recaudar casi todo el dinero requerido, la financiación de su Plan de Respuesta Humanitaria general para Siria apenas suma un 8 % de los 4.800 millones de dólares necesarios para 2023.

La catástrofe es solo la punta del iceberg en una cadena de crisis concatenadas a las que se enfrenta la población del país árabe, en guerra desde 2011 y en medio de una grave depresión económica.

"Pese a que han pasado tres meses del terremoto, la realidad de las condiciones de vida está empeorando para las personas afectadas. El desastre golpeó a comunidades frágiles, dejándolas sin un techo, sin dinero y sin ninguna capacidad para volver a comenzar", alertó este sábado la Media Luna Roja Siria.

La ONG afirmó en su cuenta de Twitter que la necesidad "está aumentando inmensamente" y que la situación humanitaria "está empeorando".

Colmenares reconoció que los seísmos han ayudado a atraer asistencia humanitaria para la población, pero recordó que las familias sufren escenarios económicos "difíciles" y que esta "es una situación de ayuda que se acaba".

"Por lo menos la ayuda que nosotros podamos ofrecer en varios proyectos de alimentación, de bonos de alimentación, de mercado, de ayuda económica para las casas, de ayuda en cuanto al pago de la electricidad, eso se acaba el mes que viene, evidente el dinero se acaba", advirtió el misionero venezolano.

LA ECONOMÍA SE DESMORONA

"¿Se necesitan más ayudas? Sí, este país necesita mucha ayuda, sobre todo para sostener un poco la realidad económica de la gente. La ganancia es mínima", alertó el voluntario sobre una situación exacerbada por la escasez de servicios básicos.

Explicó que la electricidad estatal solo llega un par de horas al día en horarios aleatorios, obligando a los ciudadanos a pagar por los costosos servicios de proveedores privados que cobran más de un sueldo mínimo por un suministro apenas suficiente para vivir con dignidad.

"Cada amperio cuesta 25.000 liras (8,8 euros) y para mantener un mínimo de algo de luz de la licuadora, de algo pequeño, de la lavadora son dos amperios. Dos amperios son 50.000 liras a la semana (17,7 euros), calcule eso por cuatro semanas son 200.000 liras (71 euros) y el sueldo mínimo está en 150.000 liras (53 euros)", relató Colmenares.

Además, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que los terremotos se llevaron por delante unos 170.000 empleos en Siria, afectando a cerca de 725.000 personas que dependían de ellos y eliminado el equivalente a unos 5,7 millones de dólares en ingresos mensuales.

A punto de que se terminen los fondos para la respuesta a los seísmos, la Casa Salesiana de Alepo estudia planes para mantener su asistencia educativa y organizar actividades de verano para ayudar a los jóvenes a "trabajar las emociones" ante tales escenarios.

"Toda esta situación de terremoto, toda esta situación de guerra va desgastando emocionalmente a las personas. Entonces lo que estamos haciendo es sostener emocionalmente a las personas y que logren tener algunos fundamentos para afrontar una realidad económica difícil", concluyó el misionero.