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Nacionalismo e islam: claves del enorme apoyo electoral que Erdogan aún tiene en Turquía

Por EFE

Mayo 10, 2023 11:42 a.m.

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Ankara/Estambul (EFE).- Pese a la mala situación económica, la pérdida de libertades en el país y el desgaste de 20 años en el poder, el presidente de Turquía, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, se presenta este domingo a la reelección con el apoyo aún de buena parte de la sociedad.

Erdogan asumió el cargo de primer ministro en 2003 y desde 2014 es presidente, un puesto que tras la reforma constitucional (2017) tiene también poderes legislativos, que lo convirtieron en el jefe de Estado con más poder en los cien años de la Turquía moderna.

Hasta 2015, Erdogan y su partido, el AKP, disfrutaron de una sólida mayoría absoluta en el Parlamento, respaldada por la buena marcha de la economía, impulsada por una dinámica coyuntura internacional y por el gasto, pero también el endeudamiento público.

En las elecciones de junio de 2015 el AKP perdió esa mayoría, aunque en la repetición electoral cinco meses después, ante la imposibilidad de formar Gobierno, volvió a recuperarla.

Tres años después, el AKP bajó al 42.5 % y tuvo que aliarse con el partido ultranacionalista MHP para mantener su hegemonía en el Parlamento, si bien Erdogan renovó la mayoría absoluta en las presidenciales, mostrando que seguía teniendo más tirón que su partido.

Ahora, por primera vez en 20 años, incluso las encuestas más favorables le otorgan menos del 50 %, lo que significaría una derrota, al menos en primera vuelta, ante el candidato opositor, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, si bien la diferencia es tan escasa que no se descartan sorpresas.

EL LÍDER FUERTE

Aunque la imagen de buen gestor económico se ha desvanecido, con la inflación en el 43 % (15 puntos más que en 2002) y el paro en el 22 % (13 puntos más), Erdogan mantiene la imagen de "hombre fuerte" que ha convertido a Turquía en una potencia internacional.

Bajo sus gobiernos, Turquía ha intervenido militarmente en las guerras de Siria, Libia y Armenia, le ha hablado de "tú a tú" a la Unión Europea (UE) como gendarme que impide el paso de refugiados, y ha actuado de mediador para asegurar que el grano ucraniano llegue a los mercados internacionales.

Además, su agresiva política, incluso con intervenciones militares en Irak y Siria contra la guerrilla kurda del PKK, ha fortalecido la imagen de líder dispuesto a defender la soberanía del país ante enemigos internos y externos.

De hecho, uno de los carteles electorales destacan la idea del dirigente que trabaja como un hombre y "no está en la cocina como una mujer", en referencia a los vídeos electorales grabados por Kiliçdaroglu desde la cocina de su casa.

CONTROL DE LOS MEDIOS

Pero hay otros factores que tienen que ver con la pérdida de libertades y derechos que Turquía ha sufrido desde 2002.

El control de los medios de comunicación, la forzada desaparición de diarios independientes, el encarcelamiento de periodistas y la vigilancia de las redes sociales han contribuido a reforzar el mensaje gubernamental.

En los diez últimos años, Turquía ha perdido once puntos en el índice de libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras, al tiempo que ha aumentado el peso de la religión en la vida pública y la política.

Han ido desapareciendo los bares de sindicatos donde se reunía la clase trabajadora y las mezquitas han asumido mayor protagonismo.

"Junto a cada mezquita hay una cafetería, donde los creyentes charlan todo el día", señala a EFE Ates Ilyas Bassoy, experto en comunicación política.

"Estos locales islámicos, subvencionados por el Estado, son el lugar más cómodo (o incluso el único) de socialización para un ciudadano turco de a pie", argumenta.

Y las ideas que allí se difunden señalan a Erdogan como salvador de la nación frente a una oposición manejada desde el extranjero.

"Estados Unidos, los estados imperialistas y Occidente no quieren a Erdogan. Porque él sacó a Turquía fuera de su control", señala a EFE Yusuf, un fontanero de Ankara.

Aunque reconoce que el coste de la vida ha aumentado, recuerda que Erdogan ha construido autopistas y aeropuertos y "ha convertido a Turquía en potencia mundial".

Con todo, el apoyo ha bajado, incluso en el centro de Anatolia, granero de votos del AKP, que en algunas localidades obtenía hasta el 70 % de las papeletas.

Pero en estos mismos lugares, afirma un alcalde de una aldea de Ankara, "el apoyo es ahora 50-50" para Erdogan y Kiliçdaroglu.