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Un doble amputado nepalí aspira a hacer historia coronando el Everest

Por EFE

Abril 04, 2023 02:29 p.m.

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  Un ex soldado británico nacido en Nepal que perdió ambas piernas en Afganistán, Hari Budha Magar, aspira esta temporada a convertirse en el primer doble amputado por encima de la rodilla en escalar el Everest, superando sus propios límites pero también una serie de trabas legales y monetarias.

"Saldré de Katmandú a la región del Everest este miércoles, los preparativos han finalizado", dijo a EFE Magar, de 43 años de edad, confiado en alcanzar la cima a pesar de que con sus prótesis avanza tres veces más lento que un escalador sin discapacidades.

"Mi plan para coronar el pico de 8.848,86 metros está fijado provisionalmente para la primera o la segunda semana de mayo, dependiendo del tiempo", explicó un escalador cuya vida ha estado marcada por la guerra.

CONFLICTO Y DISCAPACIDAD

Nacido en un entorno humilde en Mirul, una aldea del distrito de Rolpa situada en el noreste de Nepal, el ex soldado recordó cómo de niño tenía que andar descalzo 45 minutos para alcanzar una escuela "en la que no había bolígrafos ni papeles". 

Magar, forzado a contraer matrimonio a los once años, vio interrumpidas su educación y adolescencia por el conflicto entre los maoístas y el Estado, una guerra civil que dejó más de 17.000 muertos antes de acabar en 2006.

Su vida cambió cuando varios ex soldados del Ejército británico pertenecientes al cuerpo de élite "gurkha", formado por nepalíes y caracterizado por los curvados cuchillos de 46 centímetros de largo o "khukri", visitaron el pueblo en 1998 y decidió probar su suerte en las duras pruebas de selección.

Magar fue el único entre 200 personas en superar las tres fases del proceso y se unió al cuerpo británico con a penas 19 años.

Pero la vida del montañero dio un vuelco en 2010, cuando estaba desplegado junto con su unidad en Afganistán y quedó gravemente herido en la explosión de un artefacto. Perdió ambas piernas por encima de la rodilla.

"Todo cambió en un instante", recordó Magar, que pasó los siguientes tres años en un centro de rehabilitación del Reino Unido aprendiendo a rehacer su vida y a hacer frente a su discapacidad.

La pérdida de ambas extremidades dejó una profunda marca en el ex soldado. "Pensé que mi vida se había acabado", dijo, "y pensé muchas veces en suicidarme. Empecé a beber demasiado, me convertí en un alcohólico". 

En última instancia, Magar afirmó que su preocupación por el futuro de su mujer y tres hijos le impidieron quitarse la vida, aunque el ex soldado solo se recuperó tras recibir una propuesta de salto en caída libre.

"Me di cuenta de que podía hacer todo lo que la gente normal hace", dijo.

 Fue el inicio de una pasión por el deporte que le ha llevado a probar el esquí, el piragüismo y la escalada, así como el baloncesto en silla de ruedas. Magar se convirtió en el primer doble amputado por encima de la rodilla en coronar el pico nepalí Mera Peak, de 6.476 metros, en 2017.

EL EVEREST COMO META

"Entonces", dijo, "pensé en el Everest", el pico coronado por primera vez por Edmund Hilary y Tenzing Norgay Sherpa en 1953. "Quería enseñarle al mundo que la discapacidad no es una barrera para lograr cosas increíbles", explicó.

El mayor obstáculo para coronar el pico más alto del mundo no era entonces su discapacidad, recordó, sino una ley de 2017 por la que el Gobierno nepalí prohibió a los doble amputados y ciegos escalar en la cordillera del Himalaya.

"Consultamos con el ministro de Turismo, los embajadores británicos y estadounidenses y muchos altos funcionarios. Pero nadie nos escuchaba", dijo.

Magar recurrió a la justicia junto con otros discapacitados: tras llevar el caso ante el Tribunal Supremo, el máximo órgano judicial ordenó en 2018 la suspensión de la normativa.

Superadas las trabas legales, el ex soldado se esforzó por reunir los casi 150.000 dólares necesarios para su expedición, con los que costearse trajes a medida, el equipo de sherpas y prótesis especiales para escalar montañas, entre otros gastos.

"Un montañero estadounidense las inventó en su garaje, son muy útiles", dijo, en referencia a los pies artificiales con crampones que le permiten atacar el hielo de camino a la cumbre.

Magar afirma estar ahora "completamente preparado" para la ascensión, tras obtener los fondos pero verse obligado a poner su ambicioso plan entre paréntesis por la pandemia del coronavirus.

"Espero completar esta misión con éxito, pero nada está garantizado", reconoció el montañero.