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"Yo necesito a mi marido y los niños, a su padre", dice Stella Assange

Por EFE

Abril 04, 2023 02:11 p.m.

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Stella Assange, mujer del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no oculta la preocupación por la salud de su esposo tras visitarle este martes en la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh, donde ingresó de forma cautelar hace casi cuatro años.

La abogada y madre de sus dos hijos, nacidos cuando él estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres entre 2012 y 2019, concede su primera entrevista en español a la Agencia EFE, en la que relata la lucha de la familia por salir adelante.

De madre española y padre sueco de ascendencia cubana, la joven, cuyo verdadero nombre es Sara González Devant, denuncia en su idioma materno "la interferencia" de las autoridades penitenciarias en los derechos de Assange, con quien se casó en esa cárcel el 23 de marzo del año pasado.

La dirección de Belmarsh prohibió hoy a última hora que lo visitaran, junto con su esposa, el secretario general y la directora de campañas de la ONG francesa Reporteros sin fronteras (RSF), Christophe Deloire y Rebecca Vincent.

Los tres denunciaron ante la prensa "la injusticia" de que el programador informático no pueda verse con sus colaboradores, un bloqueo que, según ellos, la prisión justificó porque "son periodistas".

"Hoy se iba a producir una reunión con Reporteros sin fronteras, que la prisión canceló. Julian estaba ilusionado con ella y quedó muy decepcionado. Es una interferencia en su libertad de asociación, su derecho a la defensa política y el poder hablar con sus aliados. Obviamente, esto influye en su estado mental", explica Stella Assange.

"En términos de su estado físico, te puedes imaginar: es una prisión de alta seguridad, está encerrado veinte horas o más al día, cada día que pasa su estado se deteriora", lamenta la abogada, nacida en 1983 en Suráfrica.

Stella, que tiene doble nacionalidad sueca y española, explica a EFE que el periodista de 51 años se ha recuperado de un pequeño derrame cerebral que tuvo a finales de 2021 pero su estado es frágil, a lo que se suma la depresión.

"Está tomando medicación, pero es algo que nos preocupa, que vuelva a pasar y que sea más grave. Es una situación muy difícil para él", afirma.

En cuanto a ella, que está sola cuidando a sus hijos pequeños al tiempo que batalla por la liberación de su esposo, reconoce que "no es fácil, pero uno hace lo que puede con la situación que tiene".

"No es que nuestros hijos no tengan padre, sino que su padre está en prisión injustamente y debería ser libre para poder ejercer su papel. Los niños necesitan a su padre, y él necesita a sus hijos, y yo necesito a mi marido", declara.

La vida de Assange en prisión es "rutinaria", animada solo por las visitas semanales de su mujer, a veces con los niños, y de su equipo.

"Come en la celda, porque no hay un sitio común para comer, pasa el día allí. Puede llamarme durante el día, sale de vez en cuando al aire libre, pero es un aire libre en asfalto... A veces tiene reuniones con sus abogados, a veces conmigo. No tiene acceso a internet, pero a libros sí", explica.

Assange está en prisión preventiva en Belmarsh desde que el 11 de abril de 2019 fue expulsado de la embajada ecuatoriana después de que Quito le retirara el asilo político, a la espera de que se resuelva el proceso de extradición instigado entonces por Estados Unidos, que le reclama para juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática.

En estos momentos, la familia está pendiente de conocer en cualquier momento la decisión del Tribunal Superior de Londres sobre si el periodista puede recurrir la decisión de junio de 2022 del ministerio británico del Interior de autorizar su entrega a Washington.

"Si no se admite el recurso, habrá diferentes opciones (legales) dependiendo de por qué se ha denegado. Pero existe la posibilidad real de que Julian sea extraditado a EE.UU. en cuestión de semanas, donde afronta una pena de hasta 175 años de cárcel", dice su esposa.

Stella Assange recuerda que su marido, que lleva en cautiverio más de doce años, nunca ha sido condenado por ningún delito.

Después de que WikiLeaks expusiera presuntos crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak y Afganistán, Assange fue detenido inicialmente en 2010 a instancias de Suecia, que quería interrogarle por presuntos delitos sexuales de los que nunca fue imputado, en un caso que finalmente se retiró.

Assange siempre ha mantenido que las acciones legales en su contra responden a una persecución política de Estados Unidos por las revelaciones de su portal, lo que, según sus defensores, supone una amenaza para la libertad de prensa en todo el mundo.