Democracia incompleta

“En un modelo ideal de democracia, todo lo que afecte a una comunidad debe ser sometido a un debate”
Jurgen Habermas

La Universidad de Sydney, Australia, por conducto de su Escuela de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales, me contactó para conocer mi opinión sobre cómo se llevó a cabo la pasada elección a Diputados/as, de 1 de julio de 2018 en San Luis Potosí; la investigación académica internacional lleva por nombre “The Electoral Integrity Project, Why Elections Fail And What We Can Do About It” (Proyecto de Integridad Electoral, Porqué las Elecciones Fallan y Qué Podemos Hacer al Respecto), cuyo objetivo es hacerse de una fuente de información independiente, imparcial y completa, acerca del cumplimento de las normas y principios internacionalmente reconocidos para garantizar elecciones libres, aunque, la encuesta está dirigida a expertos para conocer su percepción (su servidor tiene un Máster en Democracia, y es Consejero Suplente del Instituto Nacional Electoral), creo, que en lo posible debería extenderse al público en general.

El tipo de preguntas que se formularon no tienen que ver con, si en la jornada electoral las casillas se aperturaron a la hora indicada, o, si en la boleta aparecían los nombres de todos los candidatos de los partidos, no porque no sea importante, desde luego que lo es, sin embargo, la respuesta a esos puntos sólo colmarían un aspecto formal de la pasada elección, por el contrario, hay cuestiones o vicisitudes que aún no siendo parte del procedimiento electoral, sin duda, definen la realidad de una elección, me explico, lo que en verdad quería saber la universidad australiana (operativamente auxiliada por la Flacso México), es hasta qué punto la inseguridad y la violencia, o la corrupción de funcionarios y actores privados determinan el resultado en quienes serán nuestros representantes populares.

Claro está, el triunfo del candidato opositor López Obrador, hoy nuestro Presidente electo, vino a dar una burbuja de oxigeno al sistema político mexicano, empero, esa no es toda la realidad de la película que vimos, falso, pues las anteriores elecciones estuvieron manchadas con la violencia, es obvio si es el gran problema social, así, que atestiguamos el asesinato de más de 100 candidatos/as a puestos de gobierno, en San Luis Potosí, también observamos connatos o enfrentamientos entre guaruras de adversarios políticos, etc.

La democracia es un bien social que debe permear el día a día de nuestra convivencia grupal, por eso no se reduce a un proceso electoral, no desde luego que no, es una actitud que debemos de poseer las ciudadanas y los ciudadanos, es la manera en como mantenemos el control sobre el gobierno, por eso, a la democracia le interesan problemas como la violencia y la inseguridad, la corrupción y la impunidad.

Por lo anterior, es que una convicción genuinamente democrática nos obliga a participar y a vigilar el desempeño del gobierno, lo cual, sería más fructífero, de existir los canales o caminos idóneos para propiciar un debate dialógico, sin embargo, estos medios están ausentes, por ejemplo, los llamados “informes de gobierno”, en general no pasarían una evaluación democrática, lo vimos en el del Presidente saliente Peña Nieto, el cual se redujo a un monólogo, donde sólo él hablaba y los demás escuchaban, es por eso, que el Presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, propone que el Presidente de la República acuda al Congreso a rendir su informe, y no se limite a entregarlo por escrito, pero más allá, lo ideal sería que estuviera obligado a responder cuestionamientos de los y las legisladores/as.

Este viejo modelo poco democrático se replica en los Estados y Municipios del país, así, vemos a alcaldesas y a alcaldes en un verdadero acto festivo y de culto a su persona, en lugar de rendirles cuentas a sus electoras/es, sería por demás enriquecedor una ejercicio que propicie el diálogo y el debate democrático, por ejemplo, si la Presidenta/e Municipal presume de una obra pública que se le cuestionará por las muchas que no hizo o por las observaciones de desvío de recursos que formula la Auditoría.

En esta lógica, fue como ayer se presentó el informe de nuestro Gobernador, en donde escuchamos su postura sobre su gestión de gobierno, pero nunca observamos un diálogo y debate natural sobre problemas públicos, por ejemplo, cuando él mencionó la reducción de los índices delictivos, sobrevenía un cuestionamiento lógico, acerca, de la discrepancia que posee el 80% de los potosinos que perciben un clima de violencia e inseguridad, o, cuando tocó el tema y respeto irrestricto a los derechos humanos, cabía ponerlo en duda, cuando se tiene una Comisión Ejecutiva Estatal de Atención Víctimas, encabezada por Jorge Vega Arroyo, que sólo ha reparado a dos víctimas en dos años, haciendo de San Luis Potosí el único caso documentado, a nivel nacional, de violación sistemática al derecho de la reparación integral.

Cierto es, que tampoco se volvió a cometer el error garrafal del primer Secretario de Seguridad Pública del actual gobierno, el General Arturo Gutiérrez, quien ya de plano se autocalificó con un diez su gestión pública, pero también, estamos muy lejos de un ejercicio de autocrítica, por poner un ejemplo, no se puede minimizar el repunte de los feminicidios, por el contrario, es algo que debe preocuparnos demasiado.

Como hemos visto, la democracia es un estilo de vida social, va mucho más allá de una jornada electoral, en donde resulta imprescindible rescatar su esencia misma de la deliberación y el debate, ¿no lo cree usted amiga lectora amigo lector?

Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.