El día cero

Antes de leer mis acostumbrados dislates, ¿ya fue a votar? Si no pasa nada a las 8 de la mañana yo estaré formado para cruzar mis boletas y ver de cerca el desarrollo de una jornada histórica.

Hace doce años (tras la elección) empecé a publicar un blog (mencionado abajo) con el nombre de Crimentales, como esta columna que ya va para sus dos años, debido al coraje de ver cómo el sistema (estructura y superestructura: gobierno, empresas, instituciones, iglesia, medios, en fin, El Gran Hermano) nos vendía una verdad, nos cambiaba el pasado, inventaba una realidad. Como en 1984, la novela de George Orwell, el pensamiento opositor fue visto como crimen, lo individual como traición a las instituciones, y se nos dio en cambio una realidad que hoy niega casi 110 mil asesinados en el sexenio que está por terminar y una inflación que sufrimos todos los de a pie. Y encima se burlan, ofenden, nos llaman resentidos.

Hoy parece que la historia es diferente. No radicalmente, pero hay entusiasmo, esperanza, discusión de ideas. Hay visos de mejorar. Pocas veces se ha visto tanta efervescencia en torno a unas elecciones que se puedan comparar con la emoción de que México haya pasado a la siguiente ronda del Mundial de Futbol. Hoy se piensa en el mañana como un día histórico.

Y sí, hubo hasta compra de votos hasta amedrentamiento telefónico, el miedo del coco que habla del coco sin que el árbitro haga valer sus tarjetas.

La “normalidad democrática” del México del siglo XX que se resiste a irse. Sus voceros e intelectuales han andado con todo. El sistema no cambia de un momento a otro. Dicen que dijo un dirigente del antes llamado “partidazo”: nosotros todo lo arreglamos a puños… de dinero. Quizá algunas personas se hayan dejado lavar el cerebro, pero no dejemos que triunfe el miedo, hay que votar y estar pendientes.

Y compartir información, e informarnos. Para documentar nuestro optimismo, como diría Monsi, va una estampa mexicana: La señora que pasa cada semana por los desperdicios, le comentó a mi mamá que le ha dicho a su esposo que hay que votar por ya saben quién, pero que él le dijo que no, “es que dice que él nos va a llevar a la ruina”.

Con muchas ofensas de uno y otro lado, con porras y humor. Las redes sociales mucho han contribuido. Los medios internacionales, los independientes en la red, los reales o supuestos intelectuales, algunos de plano mostranso irracionalidad y servilismo. Los jóvenes llevan la delantera, como siempre, y espero que sea para bien de un México muy lastimado. Ojalá.

Quiero creer que el crimental dejará de serlo, porque en todas partes hay crimentalistas que ya no creen, quiero creer que ya no le es tan tan fácil al Ministerio de la Verdad hacernos creer que dos y dos son cinco, o tres, o cinco y tres al mismo tiempo.

“No dejes nunca de confiar / en que las personas / crearán instituciones / en las que quizá podrás dejar de desconfiar […] No dejes nunca de confiar en las personas / No dejes nunca de desconfiar de las instituciones”, dice Jorge Reichmann en un poema (disponible en mi blog).

Y no confío en los partidos políticos porque todos son producto del sistema y éste tiende a adaptarse a lo que sea que lo amenace. Pero decidí mi voto: ni regreso a un pasado de transas ni la distopía vendida como defensa de la patria.

En lo local no hay muchas opciones. En fin. No se vale votar por miedo, por coerción, por chantajes. Ojalá todo salga bien, y dentro de las magras posibilidades haya cambios positivos, y que la crítica sea dura para unos y otros, con respeto.

Gane quien gane, hay que ser críticos. Los políticos son contratados para eso y deben entenderlo. No son los dueños, el dindero no es de ellos. Son administradores, facilitadores, y deben informar, aceptar sugerencias, oír a sus representados.

Va un fragmento de arenga a las rosas, de Ramón de Garcíasol:

Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el sentido
va a revelarse al mundo.
Trabajad
de espaldas al temor. Abrid los ojos,
Rosas, hombres, al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día,
y por nosotros se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.

¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!

Yo seguiré escribiendo y criticando, aquí, en mi blog o donde se pueda. Amigos y conocidos en el gobierno lo saben; algunos me aprecian y me saludan con gusto, otros de plano me han dejado de hablar. No necesitan palmaditas en la espalda, necesitan estar atentos a lo que exige la sociedad. Bien dijo Granados Chapa que en el periodismo (trátese de información o de opinión) “se pierden amigos, se pierde privacidad. Y se ganan también amigos, aunque menos de los que se pierden. Se gana la posibilidad de contribuir a la ampliación de los espacios públicos”.
No más 1984, no más 2012. Votos congruentes, de mente y corazón. A votar y que lo ciudadano no se quede en un día ni en un dedo manchado... Que no manchen.

Posdata: ojalá gane México a Brasil, para completar el
cuadro patrio.

Web: http://alexandroroque.blogspot.mx
Twitter: @corazontodito