Elección cuestionable

Además de que la corrupción y la impunidad son de las peores y más señaladas lacras del sexenio que está por terminar, los delitos electorales de diversos tipos ya empezaron a aflorar en el actual proceso electoral en el que Enrique Peña Nieto no ha tenido el más mínimo escrúpulo para ensuciarlo, en todas sus distintas etapas. De hecho, empezó a hacerlo desde el momento en que ya se han descubierto gigantescos desvíos y malversaciones de cientos y hasta miles de millones de pesos, como la Estafa Maestra, el caso Odebrecht-PEMEX, los contratos con la española OHL, el saqueo de muchos gobernadores priistas, los Duartes, Borge, los Moreira, cuyos desvíos y peculados van a parar en gran parte al PRI, como lo demostró ampliamente el gobernador de Chihuahua Javier Corral, que pudo procesar y encarcelar al secretario general adjunto del CEN priista, Alejandro Gutiérrez y a sus cómplices Gerardo Villegas Madriles y Antonio Tarín García, altos funcionarios del gobierno de César Duarte, por la triangulación de 250 millones de pesos desde la Sría. de Hacienda Federal, si, esa que dirigía José Antonio Meade, hacia la administración de César Duarte, que acabaron en el partido de Peña. Así, saqueando las finanzas de los estados y de la federación, el PRI ha juntado miles de millones de pesos que ya está derrochando para comprar funcionarios electorales, espacios en los medios de comunicación, periodistas, comunicadores y ciudadanos empobrecidos que, por estricta necesidad, estarían dispuestos a vender su voto.
Desde hace varios años, Peña Nieto ha ido cooptando a los organismos electorales colocando funcionarios “a modo” o destituyendo a los que no cayeron en corrupción, como ocurrió con Santiago Nieto titular de la FEPADE, poco después de que denunció presiones del ex director de PEMEX, Emilio Lozoya, para que se le declarara inocente y se le ofreciera una disculpa pública, cuando Lozoya había sido acusado por tres exdirectivos de Odebrecht de haber recibido 10 millones de dólares en sobornos, parte de ellos durante la campaña de EPN a la presidencia.
La aceptación de Jaime Rodríguez Calderón más conocido como El Bronco, antiguo militante priista, como candidato independiente (¿?) a la presidencia a pesar de que falsificó miles de firmas y no alcanzó el requisito de Ley del 1% en 17 estados de la república y a pesar de que el Consejo General del INE lo había rechazado por lo mismo; el uso descarado de las instituciones como la PGR para atacar a los candidatos más fuertes de la oposición como a Ricardo Anaya, imputándole delitos que no le han podido comprobar, porque ya lo hubieran procesado formalmente, el vergonzoso fallo del TEPJF que revirtió la decisión del INE a pesar de todas sus trapacerías comprobadas y publicadas; una campaña de difamaciones contra Anaya en la voz de los personeros más desacreditados del PRI, como son Javier Lozano y Enrique Ochoa, junto a múltiples “periodistas” y “Conductores” claramente a sueldo del gobierno; las encuestas cuchareadas para dar la impresión de que su candidato Meade no iba tan abajo, son algunas de las más sucias maniobras encabezadas por Enrique Peña Nieto, que está preparando la ruta fraudulenta para no perder la presidencia de la República, y lo más importante para él: No dejar que llegue Anaya porque es el que lo someterá a proceso jurídico con jueces autónomos e independientes y observadores internacionales para que responda a las pruebas de corrupción desatada que caracterizó a su sexenio y que empobreció aún más a los mexicanos.
La incorporación del gobernador con licencia de Nuevo León, más conocido como El Bronco, a la competencia electoral, que fue militante priista durante muchos años, introduce ya un elemento de confusión política adicional e ilegalidad en todo el proceso, que ensucia aún más la elección y pone en evidencia que algunos de los titulares de los organismos de impartición de justicia, ya cayeron en las garras de la corrupción y ya están cooptados por el PRI. En el 2017, la única institución electoral que trató de hacer justicia electoral, fue la Fiscalía Electoral para la Atención de Delitos Electorales, (FEPADE), que estaba a punto de consignar los delitos de coacción y compra del voto en las elecciones de Edomex y Coahuila, cuando su titular Santiago Nieto, fue destituido.
Se trata de repetir el esquema de fraude y compra descarada de votos que le permitió al PRI conservar las gubernaturas del Edomex y Coahuila, el año pasado y contar con la complicidad de algunos de los organismos electorales cuyos consejeros tienen la encomienda de que los presuntos delitos cometidos por El Bronco en la recolección de las firmas nunca sean consignados ante un juez, o no antes de las elecciones del 1º de julio.
Pero, ya lo veremos, creo que el Bronco le va a servir a EPN, para hacerle el juego sucio durante los debates que empezarán pasado mañana, atacando nuevamente a Anaya por supuestos delitos, siguiendo fielmente el modus operandi de otros políticos a sueldo de Peña.
También creo que Anaya tiene los arrestos y capacidades de sobra para debatir y salir en triunfo de los debates y ganar la elección.

lujambio06@hotmail.com