EU-Norcorea cuando no llueve, relampaguea

La cancelación (el jueves) y la posible reapertura (el viernes) de la reunión entre Trump y Kim Jong-un que habría de tener lugar en Singapur el 12 de junio muestra la política errática de Estados Unidos. En unas horas, Trump pasó de la cancelación de la Cumbre y las amenazas a Corea del Norte, al interés por restablecer el diálogo, posiblemente en la misma fecha, obligado por la respuesta de Kim, quien no aceptó el juego de atacar y amenazar.

Kim Jong-un jugó sus cartas diplomáticas, no cayó en la provocación y respondió con toda seriedad afirmando que “Corea del Norte se mantiene dispuesta a sentarse con el Presidente de EU en cualquier momento, con cualquier formato para resolver los problemas”. No respondió a la amenaza con otra amenaza.

Trump mostró al mundo nuevamente lo errático de su política internacional, la ruptura de los compromisos establecidos y dio marcha atrás en su intento de cancelar el diálogo de EU con Corea del Norte sobre las armas nucleares en la Península Coreana. Kim mostró que se desenvuelve bien en el terreno de la diplomacia y que es un estadista maduro que intenta salvar el proceso diplomático de primordial interés para Corea del Sur, China, Japón y el mundo entero.

El secretario de Defensa de EU, James Mattis, afirmó que EU está buscando poner la Cumbre sobre rieles nuevamente. A Trump no le quedó más que retroceder y la cancelación anunciada de la Cumbre el día anterior no era ya una realidad porque se reanudaría posiblemente en la misma fecha, giro de 180 grados.

En 2015 las encuestas mostraban que 8 de cada 10 ciudadanos consideraban una Cumbre Intercoreana necesaria. Cuando el 27 de abril de 2018 se desarrolló la tercera Cumbre Intercoreana tuvo lugar, el resultado de las encuestas mostró un gran cambio a favor de Corea del Norte y de Kim Jong-un. En otra encuesta de mayo de 2018, 69% mostró un cierto nivel de confianza en las intenciones de desnuclearizar Corea del Norte. En otra encuesta un 65% afirmó que la Cumbre Intercoreana mejoró la percepción de Kim Jong-un.

¿Habría tenido en cuenta todo esto Trump durante su reunión en días pasados con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, poco antes de anunciar la cancelación de la Cumbre con Corea del Sur? La cancelación de la Cumbre con Corea del Norte seguramente lo sorprendió. Es política de Washington amenazar a aliados, lo mismo en Europa que en Sudcorea donde Washington ha dado por lo menos tres traspiés al mostrar que la alianza no es una sociedad sino una forma de coerción, que EU está dispuesto a sacrificar a Seúl en un conflicto, todo ello en el contexto de una política de “America First”.

En las negociaciones del TLCAN con México y Canadá hay cuestiones inaceptables Trump pretende sustituir la negociación trilateral con presiones, amenaza con destruir el pacto trilateral. La alianza comercial se mueve entre turbulencias alentadas por Washington. EU abandonó en función de sus intereses y de “America First” dos pactos fundamentales: el Acuerdo de París sobre cambio climático y el Acuerdo nuclear con Irán, dejando alianzas rotas con efectos mundiales y regionales.

Por ahora, el método Trump fracasa en Corea del Norte, porque ahí la única salida para la Península de Corea, para China, Japón y Asia es la construcción de acuerdos en materia nuclear, no la destrucción. Al fin habría que recordar los fuegos encendidos con el cambio de la embajada de EU a Jerusalén y la reacción de Israel frente a las protestas de los palestinos que dejó más de 60 muertos y mil 350 heridos de bala, así como un conflicto histórico agravado.

Lo que ocurra con un posible acuerdo o desacuerdo nuclear con Corea del Norte tendrá un impacto planetario. Hoy representa la mayor amenaza a la paz, la seguridad y la sobrevivencia de la vida tal como la conocemos.