Mirador

Llegó sin avisar y se presentó a sí mismo.
-Soy el número uno.
En eso llegó otro y dijo:
-Soy el número uno.
Llegó otro más y repitió lo mismo:
-Soy el número uno.
Y otro, y otro.
-Soy el número uno.
-Soy el número uno.
Les dije yo:
-No sé quién de ustedes es en verdad el número uno. Pero quiero hacerles notar que forman el número 11111.
Deliberaron entre sí y concluyeron:
-Tiene usted razón. Juntos somos más que separados.
Me alegró haberles dado esa lección.
Pero no por eso me sentí el número uno.
¡Hasta mañana!...