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Mirador

Por Armando Fuentes Aguirre

Mayo 05, 2023 03:00 a.m.

A

No sé si poner aquí este cuento, nada edificante.

Trata de un rey casado con una hermosa reina, inteligente, simpática y amable. No obstante eso al monarca le daba por tener dimes y diretes con mujeres de baja condición. En las cuadras y las caballerizas se refocilaba con aquellas pendonas zafias y vulgares.

La reina, atribulada, le pidió al obispo que hablara con su esposo a fin de exhortarlo a la fidelidad. El jerarca reprendió al soberano. ¿Cómo era posible, lo reprendió, que anduviera con esas rústicas villanas si tenía por esposa a una dama como la reina, bella, gentil y refinada?

El rey no contestó. Invitó al obispo a pasar unos días en palacio. Esa noche hizo que le sirvieran faisán en la cena. Faisán le sirvieron al prelado en el desayuno del siguiente día, en la comida y otra vez en la cena. Faisán de nuevo en los subsecuentes días. Faisán a mañana, tarde y noche. Su Excelencia se cansó de comer faisán, faisán, faisán. Le preguntó al rey:

-Hijo: ¿habrá en la cocina unos frijolitos?

Respondió el soberano:

-Ah ¿verdad?

Ya lo dije: este cuento no es edificante. Además también la reina.

¡Hasta mañana!...