Por Anaya y por Nava

Aunque el régimen ha tratado de enlodarlo con calumnias, la verdad es que Anaya es un hombre honesto, padre de familia cariñoso y con un matrimonio sólido. Tiene una preparación profesional y clara inteligencia que le permite ganar dinero sin necesidad de manchar sus manos ni su conciencia utilizando recursos públicos. Ingresó desde muy joven a la acción política no buscando un modus vivendi por ser de familia próspera, sino por su convicción de buscar cambios de fondo y positivos para nuestro país. Creo que su vocación profunda es servir a los mexicanos y utilizar el poder público para sanear al país de tanta podredumbre gubernamental, tanta violencia y tanta corrupción. Es el único candidato que sostiene el reclamo de Justicia para someter a proceso judicial y justo, a quienes han abusado del poder en el gobierno saliente, como lo exigen los mexicanos.
Conociendo la capacidad del gobierno de EPN para cometer abusos y fechorías, ha puesto en peligro su seguridad personal al adoptar esta postura y ha acudido en persona a las propias instalaciones de la PGR para que se le informe si existe un solo elemento legal para someterlo a proceso, sin que esta dependencia al servicio del presidente, pudiera fincarle delito alguno. A Anaya lo han tratado de aplastar con las armas de la mentira y la calumnia, porque Peña Nieto teme un juicio penal en su contra si llega a la presidencia.
Si hay algún candidato que puede lograr ya en la presidencia la hazaña de combatir la corrupción, la desigualdad social, la violencia y la falta de un estado de derecho, es Ricardo Anaya. Meade no puede hacerlo, sería más de lo mismo porque proviene del corrupto régimen actual aunque para disimular lo hayan presentado como no priista y no va a atacar el cáncer nacional de la corrupción que caracteriza a sus dirigentes, por la sencilla razón de que son sus amigos.
Al llegar Anaya a la presidencia, se daría un vuelco de 180 grados, puesto que los mas favorecidos serían precisamente los más necesitados, porque será capaz de generar la confianza necesaria para atraer nuevas inversiones para crear nuevas empresas, mejores salarios y oportunidades para trabajar y para educarse.
Se ha comprometido a hacer una reducción gradual de impuestos, alentando la inversión y la creación de empleo, y reduciendo la incorporación de los jóvenes a las redes de la delincuencia. Históricamente, dígase lo que se diga, los gobiernos del PAN, ordenaron las finanzas públicas, mantuvieron estable el tipo de cambio, redujeron la inflación a niveles de un dígito y redujeron la deuda externa, en comparación con los gobiernos anteriores, inflaciones desatadas, devaluaciones terribles y deuda externa enorme. Creo que Anaya combatirá la corrupción no con su ejemplo como dice AMLO, sino aplicando las leyes vigentes con rigor y energía y parejo para todos.
Hasta hace algunos meses, veíamos sin preocupación la posibilidad de que llegara a la presidencia de la república una persona con las características de Andrés M. López, por el hartazgo y enojo que compartimos muchos millones de mexicanos ante la violencia, la corrupción, la falta de estado de Derecho y el desorden político total al que ha conducido al país EPN y sus corruptos aliados políticos. Pensábamos que el país necesitaba un cambio político a fondo que requería expulsar al corrupto PRI del poder político, para iniciar los cambios indispensables para relanzar al país hacia un régimen merecedor de la confianza y el respeto de la ciudadanía y el de otras naciones.
En los meses recientes, al ver con mayor detenimiento sus acciones, su discurso y sus aliados políticos, empecé a dudar de la sinceridad de sus propuestas y de su desempeño:
La incorporación a su campaña de personajes tan cuestionables como Napoleón Gómez Urrutia, la maestra Elba Esther, Manuel Bartlet, entre otros.
Su negativa clara a pronunciarse en contra de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, país, rico en recursos naturales y próspero hasta antes de Chávez y Maduro que tiene a sus ciudadanos inmerso en un régimen de terror, hambre y prisión para los críticos y disidentes que son mas del 80% de su población.
Ha dicho con claridad que de llegar a la presidencia, no tendremos una PGR independiente y seguirá como ahora ocurre, nombrando y bajo su mando al Procurador o Fiscal General de la república, con lo que contradice claramente su compromiso de combatir la corrupción a fondo, porque la institución seguirá no al servicio de la Justicia y de los mexicanos, sino al arbitrio de sus intereses políticos.
Su afirmación tajante de “¡Al diablo las Instituciones!”, porque aun cuando en México muchas de ellas están pervertidas y no cumplen sus fines, los países democráticos necesitan instituciones de la sociedad que defiendan los derechos de los ciudadanos frente a los abusos del poder o del dinero, por ejemplo, partidos políticos, sindicatos, sociedades de empresarios, de padres de familia, etc. etc.
Nos preocupa un López Obrador ya en la presidencia, con todo el poder, que luego no se quiera ir. Que con su triunfo, y con sus genes priistas quiera un gobierno de estilo PRI que nos vuelva a los tiempos aciagos de la presidencia imperial. Con diferente nombre, pero con la misma vieja corrupción, con un liderazgo mesiánico que dividiría a la sociedad y nos acarrearía desempleo, falta de inversión, inflación desatada y hambruna. Su estilo, su talante personal que considera como parte de “la mafia del poder” a todos los que disienten, hace tener serias dudas de si gobernaría aplicando a plenitud los principios y libertades propias de los países democráticos y combatiendo con efectividad la corrupción-impunidad que nos tiene en la lona. Su pose de amor y paz y su tesis peregrina de que con su solo ejemplo se acabará la corrupción en el país deja muchas dudas.

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En la arena política municipal, creo que Xavier Nava tiene muchas similitudes con Anaya, como hombre limpio, sin antecedentes oscuros como los del que se quiere reelegir a pesar de su trayectoria de opacidad, su prepotencia y sus manejos turbios del erario municipal. Xavier Nava cumplió ampliamente como diputado federal con sus iniciativas presentadas y los recursos federales que gestionó para obras en esta capital. Su generosidad y voluntad clara de servicio se evidenció dedicando un 70% de sus dietas como diputado federal, a otorgar becas para estudiantes y familias de condición económica limitada. Durante su campaña municipal ha enfrentado con valentía y serenidad los embates agresivos de grupos que se dicen gallardistas y pretenden impedirle su trabajo de campaña. La herencia justiciera de su distinguido abuelo, el Dr. Salvador Nava Martínez, estoy seguro se hará sentir en toda nuestra capital, al llegar a la silla de la Alcaldía.

lujambio06@hotmail.com