Sueldos y corrupción

“La corrupción de las mejores
cosas da origen a las peores.”
David Hume

Andrés Manuel López Obrador prometió acabar con la corrupción, pero su visión de ella es bastante peculiar. Para él corrupción es usar un avión presidencial, despachar en una oficina o tener sueldos públicos altos.
El avión presidencial era un instrumento de trabajo, que utilizan la mayor parte de los gobernantes del mundo. Los Pinos es una oficina hecha para el funcionamiento de un gobierno; emplearla no es un acto de corrupción, como tampoco lo es usar un monumento histórico, como Palacio Nacional, como oficina. Los sueldos de los funcionarios son la remuneración por un trabajo y no un acto de corrupción.
No hay relación entre el ingreso de un funcionario o gobernante y su honestidad. El primer ministro de Singapur gana 1.6 millones de dólares al año, el de Suiza 495 mil, el de Canadá 260 mil. Nicolás Maduro de Venezuela recibe solo 47 mil dólares al año, pero es mucho más corrupto que sus colegas. Enrique Peña Nieto ganaba 140,262 dólares al año, mientras que Andrés Manuel López Obrador se ha bajado el sueldo a 68,155 dólares, pero esta baja no garantiza no honestidad ni eficacia.
El ministro Alberto Pérez Dayán de la Suprema Corte concedió una suspensión en la acción de inconstitucionalidad por la reducción forzada de salarios. No sorprende: él juró cumplir y hacer cumplir la Constitución. Sin embargo, el presidente López Obrador y los líderes de Morena se lanzaron contra la Corte. El mandatario declaró: “En el caso del Poder Judicial, si ellos mismos van a seguir recibiendo sueldos exagerados, estratosféricos, sueldos hasta de 600 mil mensuales, pues están dando un mal ejemplo quienes deberían impartir justicia. Es un acto de deshonestidad. Esos que obtiene esos sueldos no es gente honesta ni es sensible, ni son partidarios de verdad de la justicia.” ¿Por qué habría de ser deshonesto recibir un sueldo alto? López Obrador no lo explica, simplemente lo da por hecho.
Mario Delgado, líder de los diputados de Morena, lanzó en Twitter la amenaza de que el Congreso no obedecería la suspensión: “A pesar de la suspensión., en el decreto de Presupuesto 2019 se ajustarán los salarios para que nadie gane más que @lopezobrador_ como lo ordena la Constitución. Aunque se resistan, habrá #AusteridadRepublicana.” Esto es una virtual amenaza de golpe de Estado. Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena, añadió: “La falta de cuidado y tacto social del Poder Judicial y la oposición partidista, al proteger privilegios, adelanta un episodio de confrontación entre aquél y el Poder Legislativo.”
Nuestro régimen jurídico impone barreras a la reducción forzada de salarios. El artículo 14 de la Constitución establece: “A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.” Este es, de hecho, un principio jurídico universal. Además, el artículo 94 de la Constitución dice: “La remuneración que perciban por sus servicios los Ministros de la Suprema Corte, los Magistrados de Circuito, los Jueces de Circuito y los Consejeros de la Judicatura Federal, así como los Magistrados Electorales, no podrá ser disminuida durante su encargo.”
Si el nuevo grupo en el poder quiere disminuir los sueldos de funcionarios o jueces, tendrá que hacerlo a partir de las nuevas contrataciones o nombramientos. Esto dice la ley y los nuevos gobernantes juraron cumplirla y hacerla cumplir. Hoy amenazan con desconocer los fallos de la Corte, y lo peor es que lo hacen sin ofrecer ninguna explicación de por qué bajar los sueldos ayudaría a combatir la corrupción.

¿600 mil al mes?
¿Realmente ganan 600 mil pesos al mes los ministros de la Corte? No según el Manuel de Remuneraciones del Poder Judicial. El salario mensual es de 269 mil pesos, más aguinaldo, prima vacacional y un pago por riesgo de 545,595 pesos al año.