Un espectáculo caricaturesco

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El proceso político-electoral en marcha en estas tierras se ha vuelto desagradable, caricaturesco, ofensivo y deprimente.

No es que en el pasado candidaturas, campañas y elecciones hayan sido modelo de estética, de ética, de coherencia, de respeto a la ciudadanía o motivo de exaltación social. Lo que pasa es que esta vez se han traspasado todos los límites.

El telón de fondo de este espectáculo funambulesco son partidos, con sus dirigencias reales y formales viviendo una realidad propia, fantasiosa, que los ha alejado por igual de sus propias militancias que de la ciudadanía en general.

Así, los ascensos, descensos, inclusiones y exclusiones de hijos, esposas, hermanos, hermanas, sobrinos y sobrinas o de oscuros burócratas cuyo único merito es besar los pies de quienes los promueven; los patéticos ires y venires del Tekmol, la subasta de candidaturas a cargo de Manuel Barrera; el tráfico de votos en reuniones secretas al amanecer, los premios a la corrupción con candidaturas como las de Oscar Bautista, Rebeca Terán, Raquel Hurtado o Cándido Ochoa; la propaganda del Janos (“Yo sí tengo huevos”) y las candidaturas que amanecen ciudadanas y anochecen partidistas, forman el elenco de ese espectáculo que se nos atragante.

Sin embargo, tan extraña como sorprendentemente, no se percibe que pese a todas estas formas de agresión al electorado, los potosinos estén pensando en la abstención, en alejarse de las urnas el próximo 1 de julio. No hay encuestas que reflejen una posible deriva al abstencionismo como tampoco lo escucho en mi cotidiana interacción con gente de todos los partidos y de todos los sectores sociales.

Es algo muy peculiar. Es un fenómeno que podríamos caracterizar sucintamente: hay hartazgo, insatisfacción, enojo y un gran encabronamiento, que conviven con unas enormes ganas de castigar, de penalizar, de ajustar cuentas. ¿Cómo lograr esto último? Si no ha de ser por la vía violenta -para lo cuál no se ven ni ganas ni condiciones-, sólo quedan las urnas.

Si ha de ser así, ante las urnas solamente hay dos caminos: anular el propio voto o votar por el partido, coalición o candidato que menos nos haya agraviado. No hay ninguno inmaculado. La seca realidad únicamente dejaría margen para optar por el que menos daño nos haya causado, el que menos nos haya ofendido, el que menos se haya burlado de nosotros.

Creo que en ese talante popular -potosino y nacional- radican las posibilidades de triunfo de Andrés Manuel López Obrador y de muchos candidatos de Morena-PT-PES a otros cargos, incluidos tres o cuatro a gobernadores (Tabasco, Morelos, Chiapas y Ciudad de México) y un inesperado número de senadores y diputados.

Me quedo con la impresión de que AMLO puede ganar -y hacer ganar a muchos de sus compañeros de viaje- no por ser el mejor, el más preparado, el más visionario, el que hace las mejores propuestas o el mejor orador; pienso que puede ganar por dos razones que al final del día se funden en una sola: es el que menos ha agraviado a los mexicanos y el más alejado de la corrupción.

Y a propósito de...

Cinco semanas después de que iniciara la embestida político/judicial contra Ricardo Anaya, los candidatos presidenciales mantienen sus mismas posiciones de siempre: López Obrador primero, seguido de Anaya y en tercer lugar José Antonio Meade. Margarita Zavala tiene apenas unos días como candidata y es entendible que aparezca en el cuarto sitio.

Pero hay datos interesantes.

Luego de que en elecciones anteriores muchas de las casas encuestadoras se equivocaron por márgenes amplios, se han vuelto cautelosas e insisten en que sus trabajos no deben verse como un pronóstico del resultado final y reiteran su viejo eslogan de que los estudios demoscópicos son “fotografías del momento”.

La encuesta de intención de voto más reciente que tenemos a la vista es la de la empresa Massive Caller, actualizada al domingo pasado. Sus números indican que AMLO cuenta con el 33.51 por ciento de las preferencias, Ricardo Anaya con el 24.46 por ciento, y José Antonio Meade con el 13.09. Como puede observarse, las diferencias entre ellos son amplias y ninguna queda dentro del margen de error.

Esto adquiere mayor interés cuando se compara con los resultados de la encuesta de la misma empresa, con las mismas preguntas, el mismo tamaño muestral y la misma metodología, difundida el 4 de febrero, una semana antes de que Anaya comenzara a ser atacado por sus operaciones financieras y un supuesto lavado de dinero: AMLO, 30.07 por ciento; RA, 22.93 y JAM, 16.98.

La comparación entre ambas mediciones indica dos cosas: que la ofensiva mediática/política/judicial contra Anaya no le afectó en nada sino al contrario, toda vez que subió un punto y medio, en tanto que afectó a Meade, que bajó casi 4 puntos, y a quien sí benefició fue a López Obrador, que subió 3.4 puntos porcentuales.

Oraculus es un nuevo método de medición que básicamente lo que hace es una agregación de todas las encuestas conocidas, pero no mediante una simple suma para luego promediarlas, sino que las pondera a través de distintas ecuaciones matemáticas, incluyendo el uso de un algoritmo muy complicado.

Sus resultados más antiguos son de noviembre del año pasado, cuando las tres coaliciones recién habían definido a sus candidatos: AMLO, 36.2; RA, 24.6 y JAM, 23.6. Su ultima actualización, de mediados de este mes, arroja: AMLO, 39.4; RA, 28.6, y JAM, 22.1.

Este trabajo coincide con el de Massive Caller en dos cuestiones relevantes: el orden de prelación sigue siendo el mismo: López Obrador, primero: Anaya, segundo y Meade, tercero, y al paso del tiempo el único que pierde preferencias es Meade, en tanto que AMLO sube 3 puntos y Anaya 4.

Desde otro enfoque, a una semana de que arranquen las campañas, no se ve cómo pueda iniciar la suya JAM instalado en un segundo lugar de las preferencias electorales.

Massive Caller mide también, semanalmente, la intención de voto relativa a la elección de gobernadores en los nueve estados que este año renovarán a su titular del Poder Ejecutivo.

En ninguno de ellos el PRI o la coalición que encabeza va en primer lugar; únicamente en dos aparece en segundo sitio, y en los siete restantes ocupa el tercer lugar, en algunos casos con diferencias dramáticas.

En cuanto a estas nueve elecciones estatales, Morena encabeza las preferencias en cuatro (Chiapas, Ciudad de México, Morelos y Tabasco); el PAN las lidera en otras cuatro (Guanajuato, Puebla, Veracruz y Yucatán), y Movimiento Ciudadano es el primero en Jalisco. No hacemos alusión aquí a las Coaliciones porque no en todos los estados compiten como tales.

Finalmente, antes de ir a los Comprimidos, vale la pena señalar que más allá de lo que indican las encuestas, que ciertamente se modificarán en el transcurso de las campañas, han ocurrido algunos sucesos significativos.

Mencionaremos hoy solamente uno de ellos, que resulta particularmente llamativo, tanto por la entidad federativa donde sucedió como por la identidad de quien lo acaudilló: el martes pasado, seis diputados locales del estado de Hidalgo (tres del PAN, uno del PRI, una del PRD y uno del MC), anunciaron que abandonaban sus respectivos grupos parlamentarios y se sumaban al de Morena, que en estricto no era grupo ya que tenía un solo legislador.

De esta manera, el partido de Andrés Manuel López Obrador amaneció el martes 20 con un único diputado en el Congreso hidalguense y para mediodía ya había registrado un incremento del 600 por ciento, al subir a siete.

Hidalgo es uno de los cinco estados que siempre ha gobernado el PRI –los otros son Colima, Coahuila, Campeche y Estado de México-, tiene una de las clases políticas priistas más sólidas, y muy rara vez hay desavenencias entre sus integrantes. O si las hay, pero las arreglan sin ruido. Es además, la tierra y residencia permanente de Miguel Ángel Osorio Chong.
El promotor de esta deserción multipartidista en beneficio de

Morena y López Obrador fue el abogado Kanek Vázquez, muy cercano políticamente a Manlio Fabio Beltrones, de quien fue secretario particular largos años. Cuatro o cinco días antes Kanek había anunciado su renuncia al PRI, y horas después Manlio Fabio hizo pública su determinación de no buscar su inclusión en las listas de candidatos plurinominales del tricolor.

Son los hervores del fondo de la olla que están comenzando a subir.

COMPRIMIDOS

  • Hará un par de meses, uno de los principales y más consistentes operadores políticos del gobernador Juan Manuel Carreras me dijo con seriedad: “La decisión está tomada: ni Oscar Bautista ni el Tekmol, ni Rebeca Terán ni Jano Segovia serán candidatos a nada”. Recuerdo que le comenté, “será por el PRI, pero tienen al Verde”. La respuesta fue igual de categórica: “Ni por el Verde, ya se habló con Manuel Barrera, y si se pone necio hay manera de resolverlo con sus dirigentes nacionales”. ¡Van todos! Unos por el PRI (Tekmol y Rebeca) y otros por el Verde (Oscar y Jano). De veras que, políticamente hablando, Carreras está convertido en una piltrafa.


 

  • Tómelo como lo que es: un rumor; pero un rumor insistente, consistente y creíble: Luis Antonio Mahbub está pensando seriamente en renunciar a la candidatura al Senado. Ya no es que pesen en su ánimo escrúpulos de pertenencia social y decencia personal al saber que tendrá que compartir escenarios con El Cochiloco, El Tekmoloco, La Cafetalera, El Claridoso, El Cínico, El Gran Recaudador, también identificado como La Ratotota y demás fauna partidista. Ahora lo abruman las encuestas que lo dan por irremediablemente perdido. Y la gota que derramaría el vaso: ya le dijeron que el partido no tiene dinero y que lo que cueste la campaña lo pone de su bolsa o limosnea entre sus amigos (que saben que es rico). Una experiencia desastrosa que podría costarle varios millones.


 

  • El desánimo de nuestra militancia tricolor por lo mal que le fue con las listas de candidatos plurinominales al Senado y a la Cámara de Diputados no tiene razón de ser. De antemano sabían que no les iría nada bien, desde el momento en que San Luis Potosí no tiene gobernador priísta. ¿Verdad?


 

  • Es una jugada de mucha altura, de una gran sofisticación, de clase mundial, sólo para iniciados. Como decía aquel célebre locutor defeño, “sólo para mentalidades por encima del tercer piso”. Probablemente la haya concebido Karl Rove o James Carville. Pero eso de que el mismo gobierno que lo catapultó esté intentando ahora hacerlo perder, no lo podemos entender cualquier aficionado. Me refiero a la diabólica decisión de la PGR de salir a anunciar con bombo y platillo que decidió no ejercer acción penal contra Cesar Duarte. Si lo que EPN quiere es que Pepetoño pierda a como dé lugar, escogió un método súper eficaz.


 

  • En la columna anterior dijimos que los 27 diputados locales, en un claro acto de abuso, se repartieron a finales del año pasado 4 millones de remanente presupuestal, a razón de 149 mil pesos cada uno. Bueno, la verdad es que hubo por lo menos un legislador que no recibió ese bono especial: Fernando Chávez Méndez.


Hasta el próximo jueves.