Un paquete sensato

“Y que no me digan que un presupuesto equilibrado es una posición de derecha o de izquierda: un presupuesto equilibrado es una exigencia de una economía bien administrada.”
Ricardo Lagos

Cumplió Carlos Urzúa, el secretario de hacienda, y entregó un paquete presupuestario sensato. No es muy diferente de los que sometían los gobiernos “neoliberales”. La única gran diferencia es el dinero que el gobierno dedicará a los proyectos prioritarios de Andrés Manuel López Obrador. La gran duda que prevalece, por supuesto, es si las cifras se respetarán.
El paquete prevé un gasto de 5 billones 814 mil millones de pesos con ingresos de 5 billones 274 mil millones. Esto significa que el gobierno continuará endeudándose y contratará 540 mil millones de pesos de financiamiento. No es poca cosa. La deuda pública rebasará los 11 billones de pesos en 2019, pero por lo menos se mantendrá estable en términos del producto interno bruto (45.6 por ciento). El déficit de presupuesto en su sentido más amplio (requerimientos financieros del sector público) será de 2.5 por ciento del PIB, solo un poco más que el 2.4 por ciento presupuestado para 2018.
No hay un intento de forzar un crecimiento económico artificial a través del gasto público. El presupuesto supone que la economía mexicana tendrá un crecimiento de 2 por ciento en 2019, un poco menos que el 2.1 por ciento anual de los nueve primeros meses de 2018. Algunas de las premisas macroeconómicas, sin embargo, pecan de optimistas. El precio de la mezcla de petróleo crudo de exportación, a 55 dólares por barril, parece exagerado (este viernes 14 de diciembre estaba en 51.83). La inflación de 3.4 por ciento se antoja inalcanzable (en noviembre estaba en 4.7 por ciento). El tipo de cambio a 20 pesos por dólar parece también demasiado bajo, considerando que el tipo fix del 14 de diciembre era de 20.3337 y que hay un creciente temor entre los inversionistas por las políticas del nuevo régimen.
El presidente López Obrador está proponiendo nuevos gastos en una serie de “proyectos prioritarios del sector central”. En los Criterios General de Política Económica se presentan 18 proyectos por un total de 251,600 millones de pesos, menos que los 500 mil millones que prometió en campaña. Los rubros más importantes son 100 mil millones para adultos mayores (más bajo que los 120 mil prometidos), 44,300 millones para los ninis (menos que los 108 mil millones que ofreció la secretaria del trabajo Luisa María Alcalde), 18 mil millones para aeropuertos y conectividad (sin decir para qué aeropuertos) y 15 mil millones para Sembrando Vidas (árboles frutales).
El paquete, sin embargo, deja capítulos abiertos. Los Criterios Generales señalan que en 2019 se introducirá un estímulo fiscal en la zona fronteriza, el cual se justifica extrañamente por la mayor tasa de homicidios, pero en la Ley de Ingresos no se menciona. Si el estímulo realmente implica una disminución a 8 por ciento del IVA y a 20 por ciento del impuesto sobre la renta, el costo y las distorsiones económicas serían enormes y no están consideradas en el paquete.
Esperemos que este presupuesto no sea, como tantos otros del pasado, una simple promesa que no impida que el gobierno gaste lo que quiera en lo que se le antoje. El de 2019 no es un mal presupuesto. Si el gobierno se atiene a él, se reducirá el temor generado entre los inversionistas por la cancelación del aeropuerto de Texcoco y las promesas de que Pemex dejará de exportar petróleo crudo.

Sueldos reales
Resulta que el sueldo mensual del presidente no será de 108 mil pesos sino de 156,891. Los secretarios ganarán 135,488, los subsecretarios y oficiales mayores 134,392, los jefes de unidad 130,972 y los directores generales 116,546. A esto hay que descontar impuestos, cierto, pero estos los debemos pagar todos.
Twitter: @SergioSarmiento