Y... el sindicato de Pemex... ¿Qué?

...Y la riqueza acumulada
por Romero DesChamps... ¿Qué?
...Y la corrupción que asfixia a Pemex... ¿Qué?
...Y la nómina pública mas inflada del mundo,
con el doble del personal necesario... ¿Qué?
...Y la venta de plazas en Pemex... ¿Qué?
...Y el asunto ODEBRECHT... ¿Qué?
Si AMLO no resuelve antes estos temas junto con el problema de la corrupción estructural de la paraestatal, su proyecto de construir a costo enorme, dos nuevas refinerías e invertir en su planta de refinación actual poniendo a funcionar otras seis que están semiparalizadas por la incuria y el abandono en que las tiene hundidas el gobierno de Peña Nieto, el plan de López Obrador, me temo, irá al fracaso completo, simplemente echará dinero bueno al malo; aumentará la ineficiencia y la corrupción. Y más aún, si se considera que en 5 o 7 años más, el consumo de combustibles fósiles, por las nuevas tecnologías, tenderá a declinar aceleradamente.
Estudiosos y expertos del tema, creen que sería mejor invertir esos cuantiosos recursos en modernizar sus actuales plantas y en desarrollar las fuentes alternas de energía limpia: hidráulica, eólica y solar y alternativamente, en mejorar la calidad de la educación, en investigación y desarrollo, etc. Francisco Monaldi, catedrático de la universidad de RICE experto en temas energéticos en la región de América Latina dice que “no hay un solo caso exitoso de construir refinerías en América Latina”. La construcción de las refinerías Abreu y Lima en Brasil, las mas nuevas del sistema de refinación de Petrobras, han tenido grandes retrasos y sobrecostos para la empresa. Hace apenas tres meses, en abril del 18, propuso vender el 60% de esas plantas, junto a otro paquete de refinerías a la iniciativa privada. Petrobras cuenta con el 100% de capacidad de refinación en Brasil, pero con este plan piensa reducirla al 60%. Dice Monaldi, “los brasileños se lanzaron a construir una refinería que ha costado 4 o 5 veces más de lo que se tenía previsto; y tú preguntas a la gente en Petrobras y te dicen que eso ha sido un fiasco económico”. “Perú también ha tenido problemas con la modernización de su refinería de Talara, por retrasos en su terminación y puesta en marcha”.
López Obrador tiene el compromiso irrenunciable e ineludible de combatir la corrupción. Experto en el manejo de medios de comunicación con temas que atraen la atención pública, su promesa de combatir la corrupción es probablemente la más atractiva de su campaña, para ganar votos. Porque el otro asunto de su agenda actual, ese de reducir los desmedidos salarios de los funcionarios y políticos que tanto nos cuestan a los mexicanos, jala reflectores, despierta simpatías, está bien, ¡Muy bien! Les agrada a los mexicanos que trabajan duro para ganar apenas lo indispensable para vivir. Abona a principios de justicia elemental. Pero bajarles el hambre desmedida de presupuesto a los altos funcionarios, refrenar su ambición, por sí solo, no mejora las condiciones de vida de los mexicanos. Hace falta instaurar una nueva cultura de servicio y de austeridad republicana en todos los que aspiran a un cargo público.
Por eso, frente al anuncio de que reconstruirá 2 nuevas y reparará las seis refinerías ya casi en abandono cabría preguntarle al Sr. López: . . .Y el sindicato de Pemex ¿Qué? ¿Qué piensa hacer con él? ¿Cómo le va a hacer para liquidar a 60 o 70 mil aviadores que inflan la nómina de la paraestatal? ¿Cómo logrará que Pemex deje de ser la caja chica del gobierno y el origen de grandes fortunas de líderes y políticos, o que deje de servir para triangular fondos al partido del gobierno, como ocurrió hace algunos años con el “Pemexgate”?

lujambio06@hotmail.com