Vendieron hasta aparatos como “giro tradicional”

Comerciantes de “chucherías” y “chácharas” de importación asiática, forman parte de los “giros tradicionales” que prevalecieron en la venta de las calles del Centro Histórico, tanto en la visita de los siete altares como en la mañana de viacrucis y la Procesión del Silencio.

En la calle Zaragoza aparecieron vendedores de aparatos electrónicos de música, caminaban algunos vendedores de productos de calle, aparecieron comerciantes de ropa, y abundaban los botaneros y de otros giros.

Entre los comerciantes era notorio el desorden y se volvió parte del escenario ordinario, así como un complejo de estructuras de medidas diferentes.

Hubo vendedores que pusieron el ejemplo de lo que puede ser desorden, con botes muy sucios en sus puestos, salsa chorreada, bolsas viejas o usadas como parte de la exhibición, cuerdas cruzadas y lonas de colores desentonados, además de la obstrucción a la vía pública.

También aparecieron vendedores de los denominados toreros, que ofrecían casi cualquier cosa a los peatones que se esforzaban por acudir a donde tenían que instalarse para comenzar a participar de las celebraciones religiosas.

A diferencia de una temporada  normal, esta vez se vio muy poca presencia de inspectores.