Mindanao, la isla filipina donde conviven musulmanes y cristianos

Mindanao, la isla filipina donde conviven musulmanes y cristianos

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Desde hace décadas la isla de Mindanao, la segunda más grande de las Filipinas, vive en su propia piel una fuerte violencia interreligiosa. A diferencia del resto del país, donde la mayoría son los cristianos, aquí son los musulmanes los que prevalecen en número.

Parte de esta población se unió a varios grupos yihadistas, autores de numerosos actos terroristas. Zamboanga, la principal ciudad cristiana de Mindanao, experimentó en 2013 la devastación de la guerra cuando una facción del Frente de Liberación Nacional Moro (MNLF) la asedió, cosa que puso en jaque al ejército filipino. El recuerdo de aquellos tiempos todavía está muy vivo entre sus habitantes.

Zamboanga se encuentra en el suroeste de Mindanao. Capital de la región Península de Zamboanga, tiene alrededor de 800 mil habitantes, la mayoría de los cuales son de religión cristiana. Llamada la capital del Asia Latina, Zamboanga es la ciudad más hispanizada de las Filipinas: aquí se habla corrientemente el chabacano, una lengua criolla con fuertes raíces castellanas.

Como recordatorio de la presencia de España en estos lugares también está Fuerte Pilar, un estructura sobre el mar construido en el siglo 17 por el gobierno colonial español, y el santuario de Nuestra Señora del Pilar, adyacente a la fortaleza y que data de la misma época.

"Los de Zamboanga -dice Ciriaco Ramos, un comerciante que tiene una parada frente al santuario- somos el corazón cristiano de Mindanao. Yo vendo velas que se encienden para rendir homenaje a la Virgen María. Los devotos me compran muchas, y esto es una señal de que aquí el espíritu cristiano resiste por encima de todo”.

“La convivencia con los musulmanes –dice- no siempre ha sido fácil, a lo largo de los años hemos visto muchas muertes a manos de terroristas islámicos. En los años 60 también los fanáticos cristianos, con la ayuda del ejército, llevaron a cabo atroces crímenes contra los musulmanes. Es hora de encontrar la paz, los terroristas se mueven solo por oscuros intereses".

El llamado "asedio de Zamboanga" fue un conflicto armado entre las fuerzas armadas de las Filipinas y una facción cercana al MNLF -que negó su responsabilidad en la violencia- y duró del 9 al 28 de septiembre de 2013.

El grupo extremista intentó alzar en Zamboanga la bandera de la autoproclamada República de Bangsamoro, el nombre de una región del centro de Mindanao considerada uno de los territorios sagrados del islam.

Los enfrentamientos causaron el desplazamiento de más de 100 mil personas, la muerte de varios civiles y daños, según las declaraciones del gobierno central de Manila, por un valor de más de 73 millones de dólares.

Después de días de estancamiento, el ejército filipino logró imponerse sobre el enemigo perpetrando, según Human Rights Watch, crímenes como fuego indiscriminado contra los rebeldes y rehenes civiles utilizados como escudos humanos.

El MNLF es el grupo armado islamista más antiguo con aspiraciones separatistas. Su primera acción se remonta a 1972, cuando los guerrilleros atacaron varios objetivos estatales en la isla.

La organización todavía está activa, aunque, después de algunos desacuerdos internos, muchos combatientes abandonaron el MNLF y fundaron el Frente de Liberación Islámico Moro (FMLI).

Este grupo, actualmente en negociaciones para un acuerdo de paz con las autoridades filipinas, cuenta entre sus filas con al menos 12 mil hombres armados y controla varias partes de Mindanao.

También está activo en la isla el Bangsamoro Islamic Freedom Fighter (BIFF), que se escindió en 2012 del MILF debido al comienzo de las negociaciones de paz.

En Mindanao también están activos los grupos terroristas Maute y Abu Sayyaf, afiliados al Estado Islámico, que estuvieron en el punto de mira de la prensa internacional por haber atacado, el pasado 23 de mayo, a Marawi, la principal ciudad musulmana de la isla.

Durante varios meses unos cuantos de estos yihadistas lograron ocupar una gran parte de la ciudad y tener en jaque al ejército filipino. La batalla por su liberación, que tuvo lugar el 23 de octubre, causó la muerte de más de 700 personas y casi 400 mil desplazados.

"En Zamboanga -explica el reverendo Edito Z. Bayamban, uno de los exponentes de la Alianza de las Iglesias Cristianas Misioneras de las Filipinas- hay una gran comunidad de creyentes protestantes. Aquí en 1902 el pastor estadunidense Charles Gustaf Carlson fundó la primera iglesia protestante del sur de las Filipinas”.

Recuerda que “en 1947 a nivel nacional el núcleo protestante se hizo lo suficientemente fuerte como para ser reconocido por el gobierno y en 1948 la Alianza de las Iglesias Cristianas Misioneras de las Filipinas se incluyó en la lista de grupos religiosos que operan en la República de las Filipinas”.

“En la ciudad podemos presumir de tener 10 iglesias muy activas contra las 62 de los católicos, con quienes tenemos unas relaciones excelentes. También las tenemos con los musulmanes", señala.

La comunidad protestante es un buen ejemplo de integración religiosa en Zamboanga. Dentro del perímetro de la Iglesia de la Alianza Evangélica de Tetuán se encuentra la guardería y la escuela primaria Simpson Alliance.

Hace más de 20 años que Melody Deluta es su directora: "El 30 por ciento de nuestros estudiantes -explica la mujer- son musulmanes. Desde la guardería nuestros estudiantes crecen con una educación cristiana, basada en la tolerancia”.

“No hacemos ninguna discriminación entre cristianos y musulmanes, los tratamos de la misma manera y las cosas van muy bien. Somos un pequeño rincón feliz en Zamboanga, pero desafortunadamente fuera de aquí no se respira el mismo clima", agrega.

La pobreza y la exclusión social llevan el odio entre las comunidades, un odio que es difícil de erradicar. La comunidad cristiana, aquí históricamente más rica y mejor asistida por el gobierno central, a menudo fue víctima de ataques terroristas y de secuestro por extorsión.

Los que, entre las familias más pudientes, pudieron dejar Zamboanga ya lo hicieron hace tiempo, mientras que los que no pudieron moverse enviaron a sus hijos a estudiar lo más lejos posible.

"El problema -sentencia el reverendo Edito- reside en el corazón de los hombres. No se trata ni de política ni de religión, hay quienes quieren tener más que los otros. Siempre digo esto en mis sermones: todos somos filipinos, no tenemos motivos para pelearnos. Tenemos una hermosa tierra que nos da sustento, tenemos un hermoso mar que proporciona alimentos para todos”.

“Entonces, ¿por qué peleamos? Es simple, solo porque algunos quieren tener más que los otros. Como en muchas otras partes del mundo, también en Mindanao el egoísmo y la avaricia generan muerte y destrucción", sentencia el reverendo.