Papa se reúne con víctimas de abuso en Chile

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El papa Francisco se reunió el martes con víctimas de sacerdotes chilenos que abusaron sexualmente de ellas, dijo Greg Burke, vocero de El Vaticano ante la prensa.

Según Burke, el encuentro ocurrió durante el almuerzo y aunque no dio más detalles, Francisco se refirió al asunto públicamente horas antes y dijo que conoce el dolor que afecta a los niños abusados por clérigos.
Durante una reunión con religiosos en la Catedral de Santiago en su primer día completo de actividades en Chile, agregó que sigue “con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal”.
Esta es la segunda ocasión en que Francisco alude al tema de los abusos, que no estaba en su agenda de la visita pero se volvió relevante tras protestas recientes de cara a su visita.
Uno de los escándalos ocurrió tras darse a conocer una carta suya fechada el 31 de marzo de 2015 a la que accedió The Associated Press y reveló la semana pasada que el pontífice estaba al tanto de las repercusiones negativas que tendría la designación del obispo Juan Barros en la diócesis de Osorno, 930 kilómetros al sur de Santiago. Barros fue discípulo del cura Fernando Karadima, el mayor pedófilo conocido en la iglesia chilena, que fue castigado por la moderna inquisición a una vida de oración, mientras es cuidado por un grupo de religiosas.
El hecho reflotó decenas de casos de abusos y violaciones de curas a menores y adultos y recordaron que hay casos pendientes de resolución. Además, la organización BishopAccountability reveló la semana anterior un listado de 78 curas pedófilos.
El martes temprano, en una ceremonia en el palacio de gobierno de La Moneda, Francisco hizo una primera alusión a estos escándalos y pidió perdón por los abusos de religiosos a niños en Chile. Además afirmó que la Iglesia debe esforzarse para que esto no se vuelva a repetir.
“Aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo poco antes de oficiar su primera misa en una plaza de la capital. “Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas”, agregó.
Después se dirigió al Parque O’Higgins para encabezar la misa, donde según los organizadores se congregaron unas 400.000 personas, y mientras ésta se desarrollaba, la policía reprimió con gases lacrimógenos y chorros de agua a participantes de una llamada “Marcha de los pobres” y detuvo a una treintena de personas.
Al terminar el evento, el papa se tomó un tiempo para descansar antes de visitar una cárcel de mujeres, y una vez ahí dijo a las reclusas que no deben perder la esperanza o su dignidad sólo porque hayan perdido su libertad. Agregó que todos son pecadores, que el cambio siempre es posible y pidió que las penas de prisión no sólo sirvan como castigo, sino que sean una oportunidad para que los detenidos aprendan nuevos oficios para reintegrarse a la sociedad cuando completen sus sentencias.
Francisco visita cárceles con frecuencia, pero fue es la primera ocasión en que acudió a una prisión de mujeres. El momento fue emotivo: muchas de las detenidas lloraban mientras cantaban un tema compuesto especialmente para él.
Por la situación de estos últimos días, algunos se han preguntado por qué Francisco eligió viajar a Chile a pesar de las tensiones que ha generado la iglesia católica en el país.
Benito Baranda, psicólogo y exdirector del Hogar de Cristo —centro católico que acoge a pobres y coordinador del gobierno en la visita papal— opinó que el papa tomó esta decisión “porque se dio cuenta de que los abusos conocidos ampliamente a partir de 2010 impactaron a todos los chilenos por igual y dañó la imagen de la iglesia”.
Les dijo al clero que sabía que “a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle, que ir “vestido de cura” en muchos lados se está “pagando caro”.
Posteriormente se reunió a solas con los obispos, y en el discurso que se transmitió por la señal oficial no aludió al tema de los abusos sexuales.
Después de que el papa pidiera perdón, el periodista Juan Carlos Cruz, quien ha denunciado abusos de Karadima, dijo a una canal de televisión local: “no crean esas palabras hipócritas. Pasó el tiempo de pedir perdón... Es el tiempo de acciones. Tiene que remover a los obispos que comprobadamente han encubierto abusos”.
Entre las actividades finales del martes estuvo una reunión con desfavorecidos que son atendidos por el Hogar de Cristo, fundado por el jesuita Alberto Hurtado, declarado santo.