Coconut Grove lucha por preservar su identidad bohemia

Coconut Grove lucha por preservar su identidad bohemia

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Con su onda artística, sus paisajes exuberantes y sus pavos reales que se pasean libremente por las calles, Coconut Grove siempre ha tenido fama de paraíso informal y bohemio.

Es además el barrio más viejo de Miami, surgido en la Bahía Vizcaína en 1873, antes de que se fundase la ciudad. Se encuentra a 8 kilómetros (5 millas) de lo que es hoy el centro de Miami, sus calles están protegidas del sol por frondosos árboles y cuenta con algunas de las casas más antiguas de Miami.
Pero la construcción de nuevas viviendas con arquitecturas modernas y la revitalización del distrito comercial hacen peligrar un poco la cultura tropical y la historia única de Coconut Grove. Muchos residentes luchan por reducir el tamaño de las nuevas construcciones y por preservar los espacios verdes.
“Queremos preservar el barrio, lo que conlleva preservar la cultura”, declaró Christine Rupp, directora ejecutiva del Dade Heritage Grust, la organización abocada a la preservación más grande del condado de Miami-Dade. “La gente se muda a Coconut Grove porque quiere el sabor especial de Grove. Nuestro temor es que pierda su personalidad. De ahí que estemos abocados a la preservación histórica” del lugar.
Los visitantes que quieran admirar la historia y la cultura de Grove pueden empezar en la avenida Charles, donde vivieron los colonos de las Bahamas en cabañas de madera. La Mariah Brown House, construida en 1890 por un inmigrante bahameño que trabajó en una posada local, es hoy considerada patrimonio cultural. Los bahameños fundaron también el cementerio Charlotte Jane Memorial Park.
El Parque Histórico Barnacle State, de 16 hectáreas sobre la bahía, incluye un bosque de manglares y The Barnacle, la vivienda más viejas del condado de Dade que se encuentra todavía en su sitio original. Fue construida en 1891 y tiene dos pisos y una galería exterior en tres lados de la casa.
Otras viviendas del Grove fueron construidas en estilo mediterráneo y español a principios del 1900, incluido el Museo y los Jardines de Vizcaya, una villa del renacimiento italiano con elegantes jardines y 70 habitaciones llenas de antigüedades.
La costanera de Coconut Grove es muy frecuentada por pescadores, navegantes y remeros. CocoWalk, un complejo al aire libre, tiene numerosos cafés y negocios. La municipalidad de Miami City se encuentra en una antigua terminal de Pan American en Dinner Key.
Algunas atracciones locales son objeto de encendidos debates sobre la preservación. A un kilómetro y medio (menos de una milla) del sector comercial, en la esquina de Plaza y Palmetto, hay un terreno municipal conocido como Charlie’s Wood. Tiene una estatuilla de una rana, señalizaciones escritas a mano y un sendero corto que lleva a un sector con asientos. Lleva el nombre de Charlie Cinnamon, que fundó al Festival Artístico Anual de Coconut Grove, el cual se realiza en febrero (este año del 17 al 19). Muy cerca se encuentra la pequeña casa de Cinnamon, una estructura dilapidada de 1919 que algunos quieren preservar.
Otro sitio histórico que se quiere preservar se la antigua sala de cine Coconut Grove Playhouse, de estilo rococó español, construida en la década de 1920 y renovada en los años 50, en que pasó a ser un centro artístico. Se analiza una cantidad de propuestas sobre cómo revivirla.
Jorge Pérez, una de las figuras más influyentes del ramo de bienes raíces de Miami, vive en Coconut Grove desde hace 35 años y está decidido a preservar sus encantos. Su empresa, The Related Group, junto con The Terra Group, están detrás de una iniciativa llamada Park Grove, un proyecto de 297 departamentos de lujo sobre la bahía. El proyecto incluye tres torres onduladas, un restaurante y “vegetación frondosa típica de la zona”, según dice Pérez. También se contempla un parque ”lleno de esculturas que reflejará el espíritu del Grove”.
El Coconut Grove Neighborhood Conservation District fijó pautas para la preservación del lugar a partir de la protección de los árboles y los espacios verdes, así como el estilo arquitectónico. Y los residentes promueven una petición a través de la internet, Change.org, para limitar el tamaño de las nuevas casas en los sectores con viviendas de una familia.
La petición es apoyada por David Villano, que vive en una casa de 1924 oculta detrás de un oasis de plantas y árboles gigantescos en un área donde otras viviendas históricas están dando paso a mansiones de cemento y vidrio con pocos espacios verdes.
“Lamentablemente, el paraíso tropical está desapareciendo rápido”, dijo Villano. El Grove tiene fama de ser un “refugio de la cultura contestataria donde florecieron personajes artísticos e iconoclastas. Ese sigue siendo el sello distintivo de Coconut Grove”.
Villano, no obstante, admite que hay que encontrar un equilibrio entre lo nuevo y lo viejo. “Al final de cuentas, lo que distingue al Grove no son los edificios sino su gente”.
Robert Lloyd, arquitecto de la firma Perkins + Will, trabaja con el Coconut Grove Business Improvement District para formular normas que preserven “el ADN del Grove” al tiempo que promueven la inversión y el crecimiento.
“El Grove está siendo redescubierto en los últimos años”, comentó. “Es un lugar especial, pero los sitios especiales pueden ser frágiles”.