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El tribunal civil del Estado de la Ciudad del Vaticano halló hoy culpables del delito de mala gestión a dos exdirigentes de alto nivel de la banca papal y los condenó al resarcimiento de los daños.
Según la sala de prensa de la Santa Sede, la sentencia publicada este martes alcanzó a los exfuncionarios “de larga trayectoria” en el Instituto para las Obras de Religión. Se trata de Paolo Cipriani y Massimo Tulli, director y vicedirector del IOR, respectivamente.
Ambos exdirigentes, quienes condujeron la banca vaticana durante buena parte del pontificado de Benedicto XVI, renunciaron de manera sorpresiva en julio de 2013 y fueron condenados por lavado de dinero en la justicia italiana en febrero de 2017.
La corte les ordenó resarcir el monto por los daños identificados; una sanción que es resultado de una denuncia civil iniciada en septiembre de 2014 tras una profunda inspección de las inversiones financieras realizadas por el instituto en la primera mitad de 2013.
Empero, el comunicado no precisó la cantidad exacta de lo exigido a los imputados ni dio otros detalles. Sólo destacó que la condena es un paso importante que demuestra los significativos esfuerzos de los funcionarios del IOR en los últimos cuatro años para transformarlo.
“Demuestra un constante empeño hacia una gestión fuerte, hacia la transparencia de la propia operatividad y la determinación en el cumplir los mejores estándares internacionales”, indicó.
Añadió que las sanciones confirman "la voluntad de perseguir, mediante procedimientos judiciales, cualquier mala conducta conducida en su contra, no importa de dónde y de parte de quien”.
Según la sala de prensa de la Santa Sede, la sentencia publicada este martes alcanzó a los exfuncionarios “de larga trayectoria” en el Instituto para las Obras de Religión. Se trata de Paolo Cipriani y Massimo Tulli, director y vicedirector del IOR, respectivamente.
Ambos exdirigentes, quienes condujeron la banca vaticana durante buena parte del pontificado de Benedicto XVI, renunciaron de manera sorpresiva en julio de 2013 y fueron condenados por lavado de dinero en la justicia italiana en febrero de 2017.
La corte les ordenó resarcir el monto por los daños identificados; una sanción que es resultado de una denuncia civil iniciada en septiembre de 2014 tras una profunda inspección de las inversiones financieras realizadas por el instituto en la primera mitad de 2013.
Empero, el comunicado no precisó la cantidad exacta de lo exigido a los imputados ni dio otros detalles. Sólo destacó que la condena es un paso importante que demuestra los significativos esfuerzos de los funcionarios del IOR en los últimos cuatro años para transformarlo.
“Demuestra un constante empeño hacia una gestión fuerte, hacia la transparencia de la propia operatividad y la determinación en el cumplir los mejores estándares internacionales”, indicó.
Añadió que las sanciones confirman "la voluntad de perseguir, mediante procedimientos judiciales, cualquier mala conducta conducida en su contra, no importa de dónde y de parte de quien”.
