A-AA+
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (EL UNIVERSAL).- Católicos de la comunidad San Miguel Chiptic, en el municipio de Altamirano, destruyeron tres viviendas de familias que pertenecen a la Iglesia Adventista, denunció la Coordinación de Organizaciones Cristianas (COC).
En un comunicado, habitantes del poblado de la etnia tojolabal agredieron las viviendas de los adventistas, aun cuando no habían sacado sus pertenencias.
Los pobladores acusaron a las tres familias de haber renunciado al catolicismo, pero las autoridades locales "señalan otros motivos".
Los agresores usaron mazas y otras herramientas para derribar las paredes de block de las tres viviendas y el material cayó sobre los muebles que no habían retirado las familias.
El mismo jueves por la noche, los jefes de familia se plantaron en la alcaldía, con el fin de exponer los problemas, pero ninguna autoridad les dio respuesta y el alcalde Gerardo Moreno Aguilar, no quiso instrumentar medidas precautorias para preservar la integridad de las familias.
La Coordinación informó que los daños y agresiones se suman al hostigamiento que han sufrido los adventistas hace cuatro años y que ninguna autoridad ha querido aplicar la ley.
Las familias interpusieron demanda ante la Fiscalía Especializada en Justicia Indígena, pero esperan que esta vez, los hechos no queden en la impunidad.
Hace cuatro años, recordó la Coordinación de Organizaciones Cristianas, los católicos ya habían destruido una vivienda de los adventistas y los hechos han quedado sin castigo y la impunidad.
Las autoridades del ejido San Miguel Chiptic: "han mantenido en zozobra a los adventistas; han fortalecido las diferencias entre la población durante cuatro años aún con el conocimiento de las autoridades actuales tanto municipales y estatales, así como también de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)".
En un comunicado, habitantes del poblado de la etnia tojolabal agredieron las viviendas de los adventistas, aun cuando no habían sacado sus pertenencias.
Los pobladores acusaron a las tres familias de haber renunciado al catolicismo, pero las autoridades locales "señalan otros motivos".
Los agresores usaron mazas y otras herramientas para derribar las paredes de block de las tres viviendas y el material cayó sobre los muebles que no habían retirado las familias.
El mismo jueves por la noche, los jefes de familia se plantaron en la alcaldía, con el fin de exponer los problemas, pero ninguna autoridad les dio respuesta y el alcalde Gerardo Moreno Aguilar, no quiso instrumentar medidas precautorias para preservar la integridad de las familias.
La Coordinación informó que los daños y agresiones se suman al hostigamiento que han sufrido los adventistas hace cuatro años y que ninguna autoridad ha querido aplicar la ley.
Las familias interpusieron demanda ante la Fiscalía Especializada en Justicia Indígena, pero esperan que esta vez, los hechos no queden en la impunidad.
Hace cuatro años, recordó la Coordinación de Organizaciones Cristianas, los católicos ya habían destruido una vivienda de los adventistas y los hechos han quedado sin castigo y la impunidad.
Las autoridades del ejido San Miguel Chiptic: "han mantenido en zozobra a los adventistas; han fortalecido las diferencias entre la población durante cuatro años aún con el conocimiento de las autoridades actuales tanto municipales y estatales, así como también de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)".