“O lo llevas a otro lado, o nos lo comemos...” La amenaza que obligó a Paola a donar a su chivo

El animal fue llevado al Tangamanga Uno, donde la joven lo visita todos los fines de semana y días de descanso.

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Hace año y 7 meses, Paola Fernández recibió como regalo un chivo, que cuidó en su casa de la Avenida Educación hasta que cumplió seis meses de edad, periodo en el que se vio obligada a donarlo al zoológico del parque Tangamanga Uno para que lo cuide.


“O lo llevas a otro lado, o nos lo comemos”, le dijeron en casa.


Desde entonces, acude todos los fines de semana y días de descanso para compartirle algunos alimentos tales como manzanas, plátanos, cacahuates o lo que encuentra en su casa.


Del resto de la tarea, se hace cargo el personal del parque Tangamanga, pero Paola ve un lado positivo al hábitat del chivo. “Lo bueno es que ve más chivos, porque en mi casa no veía otros animales”.


Asegura que ella lo crió desde que tenía dos días de nacido, lo vio crecer y a lo largo de esa etapa, se dio cuenta que es un animal que se come todo lo que encuentra. Ni el plástico ni las telas se salvan, y por eso determinaron que requería de mayores cuidados. En el parque, únicamente se alimenta de vegetales.