Los candidatos que se proyectaron gracias a los debates

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Llegaron siendo prácticamente unos desconocidos como candidatos de partidos emergentes y sin esa presión y cobertura mediáticas aprovecharon los debates presidenciales para darse a conocer con el electorado.
Se trata de Gilberto Rincón Gallardo, Patricia Mercado y Gabriel Quadri quienes lograron posicionar sus agendas y propuestas tras un desempeño adecuado en los debates que participaron.
En el 2000, Gilberto Rincón Gallardo, quien fue integrante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) antes de las elecciones de ese mismo año, se separó para unirse al hoy extinto Partido de la Democracia Social (PDS), conocido como el partido de la rosa, por el logo que usó.
Rincón Gallardo perteneció al PRD, pero renunció en los 90 para impulsar una agenda socialdemócrata.
El discurso principal que manejaba era la inclusión de todo tipo de personas, la "no discriminación" por edad, raza; incluso, comenzaba a llamar la atención el tema de las preferencias sexuales y el de género.
Al final de esa contienda, Rincón Gallardo logró conseguir el cuarto lugar por debajo de Vicente Fox Quesada (PAN-PVEM), Francisco Labastida Ochoa (PRI) y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD, y otros partidos de izquierda, con casi 600 mil votos, lo que en términos del ganador, no era una cifra alta, pero si demostraba que había ganado una cantidad considerable de electores.
Al final, su partido perdió el registro por no haber obtenido el mínimo requerido.
En 2006, Patricia Mercado Castro, del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, con su discurso sobre la reactivación de la economía del país incluyendo a las minorías, destacaba los ideales del partido sobre matrimonios entre personas del mismo género y la legalización de las drogas; también se dirigía al sector campesino.
Con un millón 128 mil 850 votos, de acuerdo con el resultado oficial de esa elección, la ex candidata logró posicionarse y darse a notar en los debates gracias a su capacidad como oradora.
En 2012, Gabriel Quadri de la Torre, candidato de Nueva Alianza, no tenía un cartel mediático, pero se presentó como un ciudadano común y corriente que por tanto atendería los problemas principales de la sociedad civil.
Presentó al electorado su preocupación ecológica como catapulta y le generó simpatías de varios electores lo que se vio reflejado en el conteo final con un millón 150 mil 662 votos.
En los últimos casi veinte años, México ha tenido debates donde pareciera que solo son tres partidos a los que se espera escuchar, tres que tienen el protagonismo. No obstante, han participado más candidatos que si bien, se ha visto lejana su oportunidad de llegar a la Presidencia, su rol ha sido destacado en el intercambio de opiniones.
Independientes
Para el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Salvador Mora Velázquez, la participación de estos candidatos resulta una buena aportación para los debates porque llegan con una agenda de inclusión que es muy rescatable para la población.
En el caso de los independientes de estas elecciones 2018, manifestó que "es difícil que causen la misma buena impresión de aquellos candidatos por la forma en la que consiguieron sus registros, un ejemplo, 'El Bronco', es un actor que no trae una agenda concreta, eso de pedirle a la población que le dé ideas para el debate, no puede ser la estrategia de un candidato".
Subrayó que la importancia del debate es "quién se posiciona mejor, pero no en popularidad, sino en calificación, quién sepa posicionar un discurso ganará puntos".
El politólogo Alberto Aziz Nacif, destaca la oportunidad de los candidatos que son poco conocidos para abrirse las puertas y posicionarse, sin embargo, "los candidatos actuales no son independientes, Margarita siempre ha sido una destacada panista y 'El Bronco' toda su vida ha sido del PRI".
"Tienen la oportunidad de posicionar la agenda, aunque sus puntos se pueden incrementar con su actuación en el debate y que pueden ser útiles para restar apoyos a otros partidos".
Concluyó que previo al debate el contexto se ha ido construyendo para que el segundo y tercer lugar puedan dar un salto, aunque no es un factor determinante ni cumplirá con las expectativas decisorias, "a menos que el segundo y tercer lugar tuvieran un desempeño muy notable y el puntero muchísimos errores".