Aves que vivían en el suelo sobrevivieron a asteriode en el Cretácico

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La extinción masiva en el periodo Cretácico devastó los hábitats forestales a nivel mundial, incluidos los ancestros de los pájaros modernos que vivían en los árboles, sin embargo los grupos de aves que sobrevivieron habitaban en el suelo, concluye una investigación.

Un equipo internacional de investigadores reconstruyó la ecología para comprender mejor cómo los ancestros de las aves, parecidos a las perdices, lograron evitar la destrucción causada por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años y cómo llegaron a dominar el planeta.

En un artículo publicado este jueves en la revista especializada Current Biology, los investigadores refieren que el registro de fósiles de plantas muestra que el asteroide causó la deforestación global y la extinción de la mayoría de las plantas con flores, destruyendo los hábitats de los animales que viven en los árboles.

Después del impacto de Chicxulub, las aves sobrevivientes no regresaron a los árboles hasta que los bosques se recuperaron miles de años después, sostienen.

El registro fósil y las filogenias moleculares recientes apoyan una extraordinaria radiación de las aves corona (Neornithes) en el Cenozoico temprano, después de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. Sin embargo, quedaban preguntas sobre los mecanismos subyacentes para su supervivencia.

Las reconstrucciones del estado ancestral de la ecología de la neornitina revelaron un fuerte sesgo hacia los taxones que exhiben estilos de vida predominantemente no arbóreos en el Cretácico-Paleógeno, con múltiples transiciones convergentes hacia ecologías arbóreas más tarde en el Paleoceno y Eoceno.

Por el contrario, las inferencias ecomorfológicas indicaron estilos de vida predominantemente arbóreos entre las enantiornitinas, los avialanos Mesozoicos más diversos.

“Parece claro que ser un ave de cuerpo relativamente pequeño capaz de sobrevivir en un mundo sin árboles habría conferido una gran ventaja de supervivencia”, dice el doctor Daniel Field, del Centro Milner para la Evolución, del Departamento de Biología y Bioquímica, de la Universidad de Bath, Reino Unido.

Señala que se sabe que los antepasados primitivos de las aves modernas probablemente podían volar y tenían un tamaño pequeño, así que ello les habría ayudado a sobrevivir.

“La recuperación de los árboles que forman dosel, como las palmas y los pinos, ocurrió mucho más tarde, lo que coincide con la evolución y la explosión de la diversidad de las aves que habitan en los árboles”, indica Antoine Bercovici, del Departamento de Paleobiología del Instituto Smithsoniano, Estados Unidos.

Los investigadores descubrieron que una vez que los bosques se habían recuperado, las aves comenzaron a adaptarse a vivir en los árboles, adquiriendo patas más cortas que sus antepasados que viven en el suelo y varias especializaciones para posarse en las ramas.

“Eventualmente se diversificaron en avestruces y sus parientes, pollos y parientes, y patos y sus parientes”, afirma el doctor Field, quien dirigió a un grupo investigador de Reino Unido, Estados Unidos y Suecia.