El mejor jugador de la historia de Senegal quiere ser presidente

El mejor jugador de la historia de Senegal quiere ser presidente

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"Fui el mejor jugador de la historia de Senegal, sin ninguna duda". El Hadji Diouf va directo al grano: no se anda con rodeos.

Desde un lujoso hotel de Dakar que da al océano, el llamado “bad boy” del futbol senegalés accede a hablar un poco sobre él.

"Soy exjugador de la selección de Senegal y jugué en muchos clubes de prestigio como el Sochaux, el Rennes, el Lens, el Liverpool, el Bolton, el Sunderland, el Blackburn, el Glasgow Rangers, el Doncaster Rovers, el Leeds United…”, dice.

“Terminé mi carrera en Malasia, en el Sabah. Se puede decir que vi algunos campos de fútbol por todo el mundo", agrega sonriendo y mostrando un vistoso brillante incrustado en un diente.

Este mes de julio Senegal disputa en Rusia el segundo Mundial de su historia. Aunque sobre el papel la selección africana no tiene grandes esperanzas, el país entero espera repetir la gran experiencia del Mundial de 2002.

El símbolo de ese equipo fue Diouf, un genio rebelde que arrastró a su país hasta los cuartos de final.

"Participar en el Mundial -continúa- es el sueño de cualquier jugador. Nací en un lugar magnífico llamado Senegal, un país donde nadie creía que fuera posible llegar a competir en un Mundial”.

“Me siento bendecido por el Señor por haber formado parte de una generación de oro, de una generación que hizo que el fútbol africano alcanzase ciertos niveles", asegura.

En el Mundial de Corea y Japón la selección senegalesa sorprendió a todo el mundo practicando un fútbol emocionante, a veces visionario, siempre iluminado por el genio de su número 11.

De hecho, los leones de Senegal protagonizaron una hazaña en el primer partido, que ganaron 1-0 contra los excolonizadores franceses, precisamente gracias a una abrumadora acción personal del extremo izquierdo El Hadji Diouf.

Recuerda que “el partido contra Francia se convirtió en una obsesión para los senegaleses. El entonces presidente, Abdoulaye Wade, nos dijo: ´Id, ganad el primer partido contra Francia y volved. Si ganáis contra Francia seréis los campeones del mundo y de Europa´”.

“En ese momento Francia era campeona vigente tanto del título europeo como del mundial, era el equipo más fuerte que había", subraya casi con lágrimas en los ojos.

Y añade: "En nuestro país el espíritu colonizador de los franceses nunca se fue del todo. Francia nos había dado la independencia política, pero en ese momento nos correspondía a nosotros tomar nuestra independencia”.

“Desde ese día todos deberían saber dónde se encontraba Senegal en el mapa. Puede que en nuestro equipo no hubiese muchos talentos, pero eran soldados, hombres fuertes llamados a representar a una nación, a un país, a todo Senegal", subraya el astro futbolero.

El Hadji Diouf nació en 1981 en Dakar. Cuando todavía llevaba pañales, su familia se trasladó en busca de fortuna a Francia. Y fue precisamente en territorio francés donde El Hadji chutó por primera vez un balón.

Siempre protagonista también por su carácter rebelde y exuberante, Diouf es considerado por muchos como el mejor jugador senegalés de la historia y uno de los mejores futbolistas africanos de todos los tiempos.

Fue nombrado Futbolista Africano del Año dos veces, en 2001 y 2002, y en 2004 Pelé lo incluyó en el FIFA 100, el particular ranking que incluye a los mejores jugadores vivos.

Retirado del fútbol en 2015, hoy Diouf ocupa el puesto de embajador itinerante del presidente senegalés Macky Sall.

Aunque es un recién llegado en el mundo de la política, Diouf no oculta la posibilidad, algún día, de postularse para la Presidencia de Senegal.

Su ejemplo es su amigo y mito George Weah, ex delantero, entre otros, del Mónaco, el Paris Saint-Germain, el Milán, el Chelsea y el Manchester City, Balón de Oro en 1995, que se convirtió en presidente de Liberia en enero pasado.

"Dentro de unos años podría incluso presentarme a las elecciones presidenciales con un partido mío, no lo excluyo. No hice grandes estudios, no soy un intelectual”, reconoce.

Señala que “ser presidente significa tener una visión, y yo la tengo. La mejor escuela que existe es la de la calle, la de la humildad, la misma que hizo el gran presidente Macky Sall”.

Manifiesta que “viajar es también muy importante y creo que con todos los países que visité, todas las nacionalidades que conocí, todo lo que vi en mi vida, sabré cómo mejorar las cosas en mi querido Senegal".

“Mi ´grand frére´ (hermano mayor) George -admite- es el modelo a seguir. Él también viene de la nada, como yo y otros presidentes africanos. Es una estrella de fútbol, uno de los mejores atletas de todos los tiempos”.

“Hubiese podido regresar fácilmente a su país, estar tranquilo y ganar las elecciones explotando su inmensa popularidad”, asegura.

En cambio, finaliza, “trabajó duro, nunca se detuvo ni un momento, viajó a todos los rincones de Liberia para conocer los problemas reales de la gente, trajo a casa su experiencia internacional. Así fue cómo se convirtió en presidente y así podría convertirme en presidente yo".