Arrecia tsunami a favor de legalización de marihuana en EUA

Arrecia tsunami a favor de legalización de marihuana en EUA

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Apenas uno de cada 10 estadunidenses apoyaba la legalización de la marihuana en 1969, pero en sólo medio siglo el respaldo ha crecido al 64 por ciento, 30 estados permiten su uso medicinal, 22 la han despenalizado y en otros nueve es legal su consumo recreativo.

Aunque la marihuana sigue siendo ilegal bajo las leyes federales, un residente de la propia capital estadunidense puede poseer hasta dos onzas (56 gramos) de la droga para su consumo personal, regalar una onza, pero no puede ser consumida en la vía pública.

Sólo un estado, Vermont, ha aprobado la legalización de la marihuana a través del proceso legislativo. Las otras entidades lo han hecho a través de las urnas en referendos populares, un dato que confirma el arraigo creciente de la legalización en la mayoría de los 50 estados.

Otrora considerado un tema propiedad de los sectores progresistas del país, la legalización de la marihuana goza también de un creciente apoyo entre los conservadores. En Texas, los delegados del Partido Republicano del estado incluyeron la legalización en su plataforma proselitista.

Así, en sólo cinco décadas, el movimiento a favor de la legalización que empezó como una ola diminuta en los estados más liberales, se ha convertido en un tsunami nacional cuyo oleaje salpicó las rejas de la Casa Blanca.

El presidente Donald Trump consideró probable su apoyo a una iniciativa para eliminar la prohibición federal contra la marihuana, impulsada por los senadores Cory Gardner, republicano por Colorado, y Elizabeth Warren, demócrata por Massachusetts.

“Apoyo al senador Gardner. Sé exactamente lo que está haciendo. Lo estamos revisando. Pero probablemente terminaré apoyándolo”, declaró Trump en junio pasado. La revista Forbes bautizó a Trump como “El Gran Salvador” de la marihuana.

La iniciativa de ley bloquearía las acciones del Departamento de Justicia contra los dispensarios de marihuana que cuente con licencias estatales, lo que sería equivalente a una descriminalización de la marihuana de facto, al menos en los estados que han aprobado su legalización con límites.

Aún cuando el proyecto de ley del Senado cuenta con el apoyo del líder de los republicanos Mitch McConnell, y del demócrata Charles Schumer, es improbable un voto en este año electoral. Pero si el proyecto fuera aprobado en 2019, podría tener impacto en las elecciones de 2020.

Acaso anticipando que Trump podría aprovechar los beneficios políticos de la legalización, los demócratas encabezados por Schumer presentaron su propio proyecto de ley para retirar a la marihuana de la Ley de Sustancias Controladas, donde se encuentra la cocaína y la heroína.

La legislación sólo aplicaría a los estados que permiten el uso o consumo de la marihuana con fines medicinales o recreativos. Para el resto del país se continuaría el cumplimiento de la ley federal.

Aunque ninguno de los dos proyectos de ley rivales está cerca de su aprobación, la existencia de una competencia política entre republicanos y demócratas en la carrera por la legalización sugiere que ambos partidos aprecian dividendos políticos por su creciente aceptación pública.

En California, el estado más poblado de Estados Unidos, el uso de la marihuana con fines medicinales es legal desde 1996, luego de un referendo aprobado en las urnas por los californianos.

Pero otros estados han rechazado iniciativas de legalización como Georgia, Minnesota, Missouri, Montana, Nueva Jersey y Wyoming, algunos son tradicionalmente republicanos y otros demócratas.

Otros como Nueva Hampshire y Rhode Island han establecido comisiones para estudiar el problema, y no han llegado a ninguna conclusión definitiva.

Un reporte independiente de Arcview Market muestra sin embargo que las ventas de marihuana van en trayectoria ascendente, con un récord de 9.7 mil millones de dólares en 2017, un aumento de más del 30 por ciento en relación con 2016.

Para 2022, la firma proyecta ventas de 32 mil millones de dólares, una cifra que es vista por expertos como un incentivo para que más estados legalicen su uso a fin de recibir los beneficios fiscales de la venta de la marihuana al público.

Colorado, un estado que legalizó la droga con fines recreativos en 2012 y que tiene más dispensarios de cannabis que cafeterías Starbucks, cobra 15 por ciento de impuesto por la venta de la planta para fines recreativos y 2.9 por ciento para fines medicinales.

El fondo estatal de la marihuana destinó sólo el año pasado 41 millones de dólares para la educación, 32 millones de dólares para salud y 16 millones de dólares para vivienda.