México es un trampolín para triunfar en Latinoamérica: Los Caligaris

México es un trampolín para triunfar en Latinoamérica: Los Caligaris

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Si un artista desea conquistar el corazón de Latinoamérica, primero debe llegar al corazón de México, así fue en la historia de Los Caligaris, cuya consagración fue a partir de su despegue en este país, al que sus integrantes llegaron por vez primera en 2007.

Entrevistado por Notimex, Diego Pampiglione “Raul Sencillez”, baterista de esa agrupación, dijo que en Latinoamérica hay muchos países que son buenos mercados para la música y que Argentina es una plataforma importante, pero, enfatizó al decirlo, México lo es más, primero, por ser una nación más grande y porque brinda más posibilidades y facilidades en materia de espectáculos, “por eso, triunfar en México es el sueño de muchísimos artistas de la r6egión”.

La historia de la agrupación argentina formada en 1997, comenzó a cambiar cuando decidió venir a México cada año de manera ininterrumpida. “Éramos una banda independiente poco conocida, tocábamos en diversos lugares, pequeños y sin fama. Entonces soñábamos con tocar en el Palacio de los Deportes, nuestra gran meta”, dijo, y añadió que el año pasado, Los Caligaris grabaron ahí su primer disco en vivo para celebrar 20 años de carrera.

“Raul Sencillez”, percusionista de la agrupación (y a quien sus compañeros dejan cantar, sólo cuando hay poca gente), recordó que durante mucho tiempo anduvo diciendo a sus amigos mexicanos que el día que Los Caligaris tocaran en el Palacio de los Deportes, él se tatuaría la bandera de México. En marzo de 2017, al recibir la noticia de que podían celebrar sus 20 años en ese sitio, se tatuó en el hombro izquierdo.

“Llevo la bandera mexicana con mucho respeto y con mucho cariño, y aunque ahora me dicen que soy el cordobés más mexicano del mundo, me siento orgulloso de que así sea, porque México nos ha dado la oportunidad que en Argentina no tuvimos porque nuestra nación es un mercado más pequeño para la industria de la música. México catapulta a los artistas hacia Centro y Sudamérica y de ahí a España”.

Dejó ver que Los Caligaris han tenido la suerte, “obtenida ésta tras mucho tiempo de trabajo y de esfuerzo”, de triunfar aquí. “México es la consagración de un artista, pues si un artista desea conquistar el corazón de toda Latinoamérica, primero debe llegar al corazón de México. Así fue nuestra historia”, reiteró el entrevistado, quien hizo propicia la oportunidad para anunciar sus próximos conciertos en México

Informó que los días 5, 6, 7 y 8 de octubre ofrecerán conciertos en el Auditorio Nacional, y lo harán, sostuvo, “con profundo amor a México y a los mexicanos, porque el público de este país, primero, nos adoptó como banda y ahora, nosotros nos sentimos realmente mexicanos”, dijo, por tantas cosas que han logrado y obtenido aquí desde grandes amigos hasta fama, popularidad y una vida feliz y de calidad.

El espectáculo “Espíritu payaso” que presentarán próximamente en el Auditorio Nacional es la continuación de “El show más feliz del mundo” con el que celebraron sus 20 años de actividades musicales. “Espíritu payaso” está inspirado en el público mexicano quien al ir a sus conciertos asiste con nariz de payaso, pelucas y otros accesorios que evocan la imagen del payaso que se entrega para hacer reír y gozar.

“Nuestro nombre viene del legendario Payaso Caligari, quien murió en la pista de un circo mientras desarrollaba su rutina. Esa historia nos impactó y nos gustó, por eso nos nombramos así y al mismo tiempo, retomamos la filosofía de ese payaso en el sentido de sonreír en el escenario, dejar a un lado los problemas cotidianos, y sacar al niño feliz que todos llevamos dentro”, comentó.

Creada en el ambiente de una familia circense, El Circo de los Hermanos Muñoz, donde se contaba la famosa leyenda del payaso fantasma Caligari, quien mientras desarrollaba su acto murió en escena, la banda rinde homenaje a ese gran clown, por eso, su música cuenta con un sello distintivo y alegre. Con esa expectativa, “Raul Sencillez” espera tocar su batería y, con suerte, cantar en el Auditorio Nacional.