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La imagen captada por las cámaras contrastó con el duelo que se vivió en los diferentes actos / Foto: AP
En un día de solemnidad, un gesto del presidente Donald Trump fue suficiente para causar polémica. A su llegada al aeropuerto John Murtha, en Johnstown, Pennsylvania, previo a encabezar la ceremonia por el 17 aniversario de los atentados de 2001 (11-S), levantó los puños para saludar a simpatizantes y sonrió ampliamente.
La imagen fue captada por las cámaras y contrastó con el duelo que se vivió en los diferentes actos realizados en Washington, Nueva York y otras ciudades para recordar a las víctimas de los atentados terroristas que cambiaron para siempre a EU, y al mundo.
Hace 17 años, terroristas de Al-Qaeda estrellaron un avión contra las torres del World Trade Center, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington. Pasajeros de un tercer avión secuestrado forzaron a estrellarlo en un descampado en Shanksville, Pennsylvania. Su blanco, se cree, era el Capitolio. Los ataques dejaron casi 3 mil muertos.
Trump empezó el día con polémicas: dedicó su primer tuit al Rusiagate y subrayó, por enésima vez, que "no hay pruebas de colusión entre el presidente Trump y Rusia" en la campaña presidencial de 2016 que lo llevó a la Casa Blanca.
Luego, cuando tuiteó sobre el 11-S, en vez de optar por un mensaje más sobrio, escribió, entre signos de exclamación: "¡17 años desde el 11 de Septiembre!". Las críticas no se hicieron esperar.
Levantar los puños en respuesta a sus simpatizantes fue el clímax. Medios como la cadena CNN no tardaron en hacer eco de lo ocurrido, en un artículo titulado: "Trump rinde un sobrio tributo al 11-S después de sus tuits de Rusia, y de alzar los puños".
Ya en Shanksville, Pennsylvania, donde rindió homenaje a los pasajeros del vuelo 93, Trump modificó el tono. "Este memorial es un mensaje para el mundo: Estados Unidos no va a ceder nunca, jamás, frente a la tiranía", dijo, y reiteró su determinación para "hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de Estados Unidos".
En un día de solemnidad, un gesto del presidente Donald Trump fue suficiente para causar polémica. A su llegada al aeropuerto John Murtha, en Johnstown, Pennsylvania, previo a encabezar la ceremonia por el 17 aniversario de los atentados de 2001 (11-S), levantó los puños para saludar a simpatizantes y sonrió ampliamente.
La imagen fue captada por las cámaras y contrastó con el duelo que se vivió en los diferentes actos realizados en Washington, Nueva York y otras ciudades para recordar a las víctimas de los atentados terroristas que cambiaron para siempre a EU, y al mundo.
Hace 17 años, terroristas de Al-Qaeda estrellaron un avión contra las torres del World Trade Center, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington. Pasajeros de un tercer avión secuestrado forzaron a estrellarlo en un descampado en Shanksville, Pennsylvania. Su blanco, se cree, era el Capitolio. Los ataques dejaron casi 3 mil muertos.
Trump empezó el día con polémicas: dedicó su primer tuit al Rusiagate y subrayó, por enésima vez, que "no hay pruebas de colusión entre el presidente Trump y Rusia" en la campaña presidencial de 2016 que lo llevó a la Casa Blanca.
Luego, cuando tuiteó sobre el 11-S, en vez de optar por un mensaje más sobrio, escribió, entre signos de exclamación: "¡17 años desde el 11 de Septiembre!". Las críticas no se hicieron esperar.
Levantar los puños en respuesta a sus simpatizantes fue el clímax. Medios como la cadena CNN no tardaron en hacer eco de lo ocurrido, en un artículo titulado: "Trump rinde un sobrio tributo al 11-S después de sus tuits de Rusia, y de alzar los puños".
Ya en Shanksville, Pennsylvania, donde rindió homenaje a los pasajeros del vuelo 93, Trump modificó el tono. "Este memorial es un mensaje para el mundo: Estados Unidos no va a ceder nunca, jamás, frente a la tiranía", dijo, y reiteró su determinación para "hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de Estados Unidos".