CEM acusa "retraso" en fondos para reconstrucción de templos dañados

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Para la atención de damnificados por los sismos del 7 y 19 de septiembre del año pasado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) recaudó más de 51 millones de pesos.
En conferencia de prensa, Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, destacó que de los mil 850 templos dañados por los temblores aún no se tiene un registro del avance de los trabajos de reconstrucción; comentó que los recursos tardaron en llegar para que comenzaran las reparaciones en las 26 diócesis afectadas.
Explicó que una parte de la reconstrucción de las iglesias dañadas quedó en manos de los obispos, sacerdotes y párrocos de las 26 diócesis afectadas; pero la otra parte requiere de los recursos del Fonden, por lo que se ha mantenido una relación continua con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura.
"El tema del Fonden y otros fondos tomó mucho tiempo, apenas los recursos están bajando. En San Cristóbal, Chiapas, y en Oaxaca todos los obispos en su diócesis comenzaron a hacer construcciones. Tan sólo en Morelos el número de inmuebles dañados son 229, entre ellos están 14 de los 11 conventos del siglo XVI", dijo.
Comentó que en Morelos hasta el momento se han concluido trabajos en 68 templos, sin embargo, se han entregado de manera oficial 59 templos; resaltó que continúan con el registro de las parroquias rehabilitadas.
Miranda Guardiola resaltó que la emergencia generada por los sismos representó una oportunidad para elaborar un plan integral que proponga acciones tanto preventivas como post emergencia a fin de estar mejor preparados ante los desastres naturales.
Rogelio Narváez, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, detalló que de los 51 millones 690 mil 646 pesos recaudados mediante la colecta nacional realizada por la CEM, 33 millones 993 mil 860 son de donativos nacionales y 17 millones 696 mil 768 pesos fueron internacionales; resaltó la solidaridad que expresó la sociedad civil para brindar apoyo a los damnificados.
"La indiferencia es un cáncer que destruye sigilosamente el tejido social. La indiferencia genera socialmente a un ser vacío que no tiene nada que aportar, un ser miserable que no puede sentir el dolor que siente otro ser", expresó.