Humanización, el principal obstáculo para alcanzar el equilibrio mental de las mascotas

Humanización, el principal obstáculo para alcanzar el equilibrio mental de las mascotas

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En los últimos años, el cuidado y amor hacía los perros ha incrementado considerablemente, solo basta con recorrer alguna de las calles de la Ciudad de México para ver transitar a las personas con uno o varios ejemplares de diferentes razas.

No obstante el cariño y las atenciones de sus amos, algunos de estos animales no se encuentran equilibrados mentalmente, condición que se ve reflejada en malos comportamientos, tales como orinar dentro del hogar y agresiones hacía otros perros o incluso hacía sus amos.

A fin de corregir estas y otras conductas negativas, existen diversos entrenadores, quienes durante años se han capacitado para adiestrar correctamente a los canes, los cuales no sólo puede ser el mejor amigo del hombre sino además un arma de protección para el hogar, un comercio o la familia.

Tonatiuh Villalpando, desde hace 26 años se desempeña como entrenador canino, una labor que empezó a desarrollar en la entonces Policía Federal de Caminos, donde aprendió que para los animales es de suma importancia tener una figura de jerarquía, que los guíe y les imponga reglas.

En la actualidad, señaló en entrevista con Notimex, el principal problema es que los amos han humanizado a las mascotas y han dejado de ponerles límites, lo que lleva al animal a creer que él es líder.

“Cuando ellos se sienten el líder es cuando vienen los problemas, el perro le pierde el respeto al dueño y lo llega a agredir, entonces lo primero es ver qué perfil tiene el perro, porqué reacciona así, por jerarquía, por nerviosismo, así como conocer el perfil de familia para después trabajar con los ejemplares”, explicó el entrenador, tras destacar que la labor de adiestramiento comienza desde el momento en que salen los animales de casa.

Para atender y dotar de equilibrio emocional y mental al perro, Villalpando ofrece diferentes paquetes de entrenamiento, tales como el de obediencia básica a domicilio, que por un costo de nueve mil pesos incluyen de 24 a 28 ordenes, las cuales son aprendidas aproximadamente en dos meses, durante los que se imparten dos clases entre semana 100 por ciento personalizadas y dos el fin de semana.

“Dentro de este paquete te manejamos la corrección de malos hábitos y se trabajan dos días a la semana con el cliente, ahí les damos los consejos para que ellos los puedan aplicar directamente con los animales, y en dado caso que tuviera problemas me llevo el ejemplar al domicilio para trabajar directamente el problema”, subrayó sobre este curso, que se puede tomar a la mitad por cuatro mil 500 pesos.

Además, Villapando cuenta con un club, ubicado en el camellón de Andrés Molina Enríquez, entre las calles Playa erizo y Roqueta en la colonia Reforma Iztaccihuatl, donde los fines de semana, los miembros pueden tomar, por 150 pesos, clases de obediencia y de adiestramiento de guardia y protección, este último ideal para todos aquellos que buscan sentirse seguros, sin importar la raza de su perro.

La idea, mencionó, es que “el perro ladre a una orden, ataque a una orden y suelte a una orden; se hacen simulacros para que el perro cuide la casa, el negocio, la familia, la condición que busques para cubrir con el perro lo vamos trabajando hasta llevarlo a cabo, pero es un compromiso grande desde la obediencia, el dueño tiene que estar trabajando para que los obedezca a ellos”.

Si bien, la labor de entrenar perros tiene sus recompensas como amos felices y perros equilibrados, Villalpando dijo que no es una tarea sencilla, pues preparar a los animales a veces implica mordidas, además de que se enfrenta a diversos peligros como el robo de ejemplares.

Sin embargo, consideró, que lo más complejo es el trabajo con los dueños de los canes, ya que vuelven a consentir en exceso a los ejemplares tras su entrenamiento.

“Por lo regular yo entrego perros en obediencia y les doy un respiro a los ejemplares; me paro unos meses después en el domicilio para ver cómo van y el clásico comentario es que no hacen caso, pero en cuanto el perro me ve empieza a trabajar su obediencia”, apuntó.

Para evitar esta clase de comportamientos, que afectan el equilibrio de la mascota, el entrenador sugiere poner límites; “para que el perro sepa quién es el que manda, y que busquen el punto medio; no podemos traerlos como soldados todo el día ni ser tan permisivos para que el perro termine haciendo y desasiendo en casa lo que él quiera”.

Horus González, quien lleva 16 años fungiendo como entrenador, coincidió con Villalpando en que es necesario que los perros sepan quién es su líder, pues ello ocasiona que la mascota este equilibrada y que obedezca.

A través de su empresa Amarok, Horus ofrece diversos tipos de entrenamiento, los cuales están basados en estímulos positivos para el animal como lo son: pelotas, alimento o caricias.

“Llevo cerca de tres años dando entrenamiento a domicilio, en él los clientes están presentes y la idea es que sean parte del entrenamiento, que aprendan cómo dirigir y controlar al perro para que tengan una vida feliz en la que el animal sea equilibrado y educado”, explicó.

El entrenador, quien luego de sufrir por la muerte de un pastor alemán al ser atropellado, decidió aprender adestramiento de perros, compartió que para poder brindar un servicio de calidad tomó diversos cursos y diplomados.

“Primero inicié con adestradores particulares entrenando a mis perros y posteriormente tomé cursos en la Federación Canófila Mexicana y con diferentes ponentes extranjeros”, subrayó.

Actualmente, Horus ofrece tres cursos de obediencia; el básico en el que se emplea correa y collar para enseñar seis órdenes y tiene un costo regular de cuatro mil pesos; el intermedio con el cual el perro aprende 12 ordenes por siete mil pesos y el de excelencia en el que la mascota responde a 18 indicaciones por ocho mil 400 pesos.

Entre los clientes de este entrenador destaca “Chisco”, un pequeño pitbull de tres meses que en poco tiempo ha logrado grandes resultados.

“Llevamos mes y medio y si se han visto los cambios; Chisco tenía el problema de que jalaba mucho en las calles, dentro de casa es más educado, pero afuera si se volvía un poco loco y con la pelota hemos tratado de ayudarlo para sea bueno en su entrenamiento”, destacó su dueño, Rafael Cabrera.

Para logar que los animales realmente sean felices, apuntó Horus, hay que evitar humanizar a los perros, ya que ponerle ropa o sacarlo a pasear en carriolas los desequilibra.

Y si bien, las mascotas son consideradas miembros de la familia, sus dueños deben de entender que son diferentes a ellos y que para sentirse en armonía, los canes requieren: ejercicio diario, paseos, sociabilizar con otros perros y personas, así como proteger a sus amos y recibir amor expresado en caricias; simplemente necesitan ser lo que son: perros.