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Italia reconoció hoy que su presupuesto para 2019 no respeta el Pacto de Estabilidad europeo, aunque argumentó que se hizo necesario para la recuperación, mientras el primer ministro, Giuseppe Conte, confirmó que ese plan no será cambiado y que en caso de que sea rechazado por Bruselas se buscará el diálogo.
Roma respondió en tiempo y forma al ultimátum de la Comisión Europea, que la semana pasada le había dado un plazo, que expiró este lunes al mediodía, para pronunciarse sobre sus observaciones en el sentido de que el presupuesto “constituye una desviación sin precedentes” del Pacto de Estabilidad.
En una carta, el ministro de Economía, Giovanni Tria, reconoció que el gobierno está consciente que ese plan, que prevé un déficit público del 2.4 por ciento con relación al Producto Interno Bruto (PIB), “no está en línea con las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”.
Sin embargo, dijo que esa “difícil” decisión se hizo necesaria ante “el retraso de la recuperación” de la economía.
Tria aseguró a Bruselas que si la relación entre el déficit y el PIB, así como entre la deuda y el PIB no evoluciona en línea con el plan del gobierno, se tomarán las medidas necesarias para que los objetivos sean respetados rigurosamente.
“Hemos reiterado en la carta que ha sido enviada hace poco, que nosotros estamos dentro de la Unión Europea y queremos dialogar con las instituciones”, dijo al respecto el primer ministro, Giuseppe Conte, en una conferencia en la sede de la Prensa Extranjera.
“No ponemos en discusión el papel de la Comisión Europea”, aseguró.
Confirmó que el plan presupuestario de su gobierno no cambiará y que en caso de que sea rechazado por Bruselas “nos sentaremos ante una mesa y evaluaremos juntos la situación”.
Subrayó que un déficit público al 2.4 por ciento del PIB “es el techo máximo que nos hemos comprometido solemnemente a respetar” y resaltó que en el programa trienal está previsto disminuirlo al 1.8 por ciento en 2022.
También dijo que en caso de que el crecimiento de la economía no vaya como lo previsto o si las cuentas públicas empeorasen, el ejecutivo está dispuesto a corregir la ruta.
Conte criticó al comisario europeo de Presupuesto, Günter Ottinger, que había anunciado el rechazo de la maniobra presupuestaria italiana.
“Si un comisario europeo antes de leer la maniobra y antes de que llegue la carta de Bruselas me dice que será rechazada, le respondo que es un prejuicio y que es inaceptable que provenga de quien representa las instituciones”, afirmó.
También calificó como “incauta” la declaración del canciller austriaco, Sebastian Kurz, quien pidió que en caso de que Roma no corrija su plan presupuestario, la Comisión Europea deberá rechazarlo.
“En esta fase es la Comisión Europea con sus comisarios la que dialoga con los gobernantes italianos. Kurz no respeta las reglas comunitarias”, añadió.
El primer ministro recordó que el actual gobierno es apoyado por dos fuerzas (el Movimiento 5 Estrellas y la Liga) “llamadas soberanistas y descritas como antisistema”.
“Esto no significa que sean fuerzas políticas que quieran descarrilar la legalidad, sino que ponen y pondrán en discusión muchas leyes.
“No queremos la anarquía, sino renovar el sistema. La nuestra es una revolución amable”, anotó.
En tanto, se espera que tras haber recibido la carta de Italia, el colegio de comisarios europeos analice la manera de proceder y establezca las próximas etapas.
Según los analistas, Bruselas rechazará el plan presupuestario y dará a Roma un plazo de tres semanas para cambiarlo si no quiere que le sea abierto un procedimiento por infracción.
Con una deuda externa pública de más del 130 por ciento en relación con el PIB, Italia es uno de los países más endeudados del mundo.
Roma respondió en tiempo y forma al ultimátum de la Comisión Europea, que la semana pasada le había dado un plazo, que expiró este lunes al mediodía, para pronunciarse sobre sus observaciones en el sentido de que el presupuesto “constituye una desviación sin precedentes” del Pacto de Estabilidad.
En una carta, el ministro de Economía, Giovanni Tria, reconoció que el gobierno está consciente que ese plan, que prevé un déficit público del 2.4 por ciento con relación al Producto Interno Bruto (PIB), “no está en línea con las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”.
Sin embargo, dijo que esa “difícil” decisión se hizo necesaria ante “el retraso de la recuperación” de la economía.
Tria aseguró a Bruselas que si la relación entre el déficit y el PIB, así como entre la deuda y el PIB no evoluciona en línea con el plan del gobierno, se tomarán las medidas necesarias para que los objetivos sean respetados rigurosamente.
“Hemos reiterado en la carta que ha sido enviada hace poco, que nosotros estamos dentro de la Unión Europea y queremos dialogar con las instituciones”, dijo al respecto el primer ministro, Giuseppe Conte, en una conferencia en la sede de la Prensa Extranjera.
“No ponemos en discusión el papel de la Comisión Europea”, aseguró.
Confirmó que el plan presupuestario de su gobierno no cambiará y que en caso de que sea rechazado por Bruselas “nos sentaremos ante una mesa y evaluaremos juntos la situación”.
Subrayó que un déficit público al 2.4 por ciento del PIB “es el techo máximo que nos hemos comprometido solemnemente a respetar” y resaltó que en el programa trienal está previsto disminuirlo al 1.8 por ciento en 2022.
También dijo que en caso de que el crecimiento de la economía no vaya como lo previsto o si las cuentas públicas empeorasen, el ejecutivo está dispuesto a corregir la ruta.
Conte criticó al comisario europeo de Presupuesto, Günter Ottinger, que había anunciado el rechazo de la maniobra presupuestaria italiana.
“Si un comisario europeo antes de leer la maniobra y antes de que llegue la carta de Bruselas me dice que será rechazada, le respondo que es un prejuicio y que es inaceptable que provenga de quien representa las instituciones”, afirmó.
También calificó como “incauta” la declaración del canciller austriaco, Sebastian Kurz, quien pidió que en caso de que Roma no corrija su plan presupuestario, la Comisión Europea deberá rechazarlo.
“En esta fase es la Comisión Europea con sus comisarios la que dialoga con los gobernantes italianos. Kurz no respeta las reglas comunitarias”, añadió.
El primer ministro recordó que el actual gobierno es apoyado por dos fuerzas (el Movimiento 5 Estrellas y la Liga) “llamadas soberanistas y descritas como antisistema”.
“Esto no significa que sean fuerzas políticas que quieran descarrilar la legalidad, sino que ponen y pondrán en discusión muchas leyes.
“No queremos la anarquía, sino renovar el sistema. La nuestra es una revolución amable”, anotó.
En tanto, se espera que tras haber recibido la carta de Italia, el colegio de comisarios europeos analice la manera de proceder y establezca las próximas etapas.
Según los analistas, Bruselas rechazará el plan presupuestario y dará a Roma un plazo de tres semanas para cambiarlo si no quiere que le sea abierto un procedimiento por infracción.
Con una deuda externa pública de más del 130 por ciento en relación con el PIB, Italia es uno de los países más endeudados del mundo.