Diagnóstico médico del Grinch

Diagnóstico médico del Grinch

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El 21 de diciembre de 1957 Theodor Seuss Geisel, amante temprano de los animales (quien mantuvo a su lado hasta el día de su muerte a "Teofrasto", el perro de peluche que su madre le regaló cuando niño) publicó su primer libro para niños. Veinte años después, también en diciembre, pero ahora bajo el más identificable seudónimo de Dr. Seuss, introdujo al único personaje con el que, junto con el Scrooge de Charles Dickens, pueden identificarse todos aquellos que ven encontronazos donde otros tienen encuentros familiares; materialismo y despilfarro en lo que para otros son regalos de amor y generosidad, y superchería y paparruchas en lo que otros experimentan como auténticos arrebatos místicos.
Enseñanza moral aparte, los siquiatras Anthony Tobia, Alexa Melucci y Roseanne D. Dobkin aprovecharon esta fábula moderna para enseñar sicopatología a los residentes en entrenamiento de la Escuela de Medicina Rutgers de Nueva Jersey. Lo que sigue es el diagnóstico provisional que estas eminencias médicas hicieron al paciente conocido como señor Grinch:
En el libro, apenas apareció a la entrada de su cueva y nos encontramos con que el Grinch odiaba la Navidad. Según los siquiatras, esta manifestación de enojo, que es propia de diversas etiologías, podría tratarse aquí de un caso de trastorno depresivo mayor o depresión clínica.
Sobre las posibles razones biológicas detrás de la grinchinez/depresión del personaje, el Dr. Seuss especula que "podría ser su cabeza, que no estaba atornillada bien", o que "podría ser, quizás, que sus zapatos le apretaban demasiado" y concluye que "la razón más probable de todas podría ser que su corazón era dos tallas demasiado pequeño". Pero, para estos investigadores de fábula, la depresión del Grinch no es debido a una enfermedad cardiaca, sino que esta última es consecuencia de la primera, lo que en la literatura médica se conoce como cardiomiopatía por estrés o cardiomiopatía de Takotsubo o más sencillamente referida como síndrome del corazón roto.
A la luz de este diagnóstico, Tobia y colaboradores consideran que el estrés asociado a la temporada navideña actúa como un agente que precipita el trastorno depresivo mayor del Grinch y una insuficiencia cardiaca congestiva (en la que el corazón no está bombeando bien la sangre y el flujo se acumula en, digamos, los pies de la persona aquejada con este padecimiento) y, ¡milagros navideños de la medicina! Interpretan el día de la publicación de la primera edición del libro como una indicación en clave del Dr. Seuss de que el paciente tiene una fracción de eyección (el porcentaje de sangre expulsada de un ventrículo con cada latido) del 21%.
Los investigadores se atreven también a lanzar la hipótesis de que, con "dos veces demasiado pequeño" el Dr. Seuss no se refiere entonces al verdadero tamaño del corazón grinchesco y fuese más bien, pensando en los pequeños lectores, una metáfora más ilustrativa de su fracción de eyección.
Entonces, ¿cómo no iba el Grinch a estar malhumorado todo el día si sus zapatos le apretaban por culpa del edema causado por la hipervolemia resultante de la cardiomiopatía de Takotsubo que sufría y que, a su vez, es desencadenada por el estrés provocado por la extrema comercialización de la época?
Pero para curar su mal, como bien sabemos casi al concluir el libro, el filme y este párrafo sin aparente fin, una esperanza en los Quienes está (spoilers inminentes)…
"Cada Quien abajo en Pueblo-quien, el alto y el bajo, ¡cantaban!" Y eso que, por culpa del Grinch, no tenían ni un regalo. Y recordemos que ese día el corazón del Grinch creció tres tallas y, con base en las estimaciones de los médicos autores del estudio, esto se tradujo en una fracción de eyección del 63% (21% x 3), que está dentro del rango normal para humanos (y, suponemos, grinches), desapareciendo con ello el desorden mental.
¿En verdad será algo recurrente y estacional? El estreno reciente de la nueva animación del personaje así parece indicar.