Rechazo al Brexit uniría a las dos Irlandas, opina experta

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El combate generacional entre el Norte y la República de Irlanda podría encontrar una tregua, debido al rechazo de los ciudadanos del Norte a la separación de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), lo que ha fortalecido la opinión de la población de solicitar un referéndum para unir a ambas partes, sostuvo la investigadora Cira Palli-Aspero.


Indicó que existe la posibilidad de llamar a los ciudadanos a una consulta para decidir si Irlanda del Norte forma parte o no del Reino Unido o de República de Irlanda, lo cual se establece en el acuerdo de paz firmado en 1998 conocido como el "Good Friday Agreement" o "Belfast Agreement", y a pesar de no tener ninguna relación con el proceso del Brexit, la opción del referéndum existe.


La especialista del Instituto de Justicia Transicional en la Universidad de Ulster, señaló que aún cuando no se ha debatido si esta votación se llevará a cabo o no, en el Norte de Irlanda, 54 por ciento de la población quiere permanecer en la Unión Europea, por lo que el llamado al plebíscito se ve como una propuesta atractiva e incluso, es factible para algunos.


La división de Irlanda se puede ubicar desde la ocupación de esta zona ,“donde la creación de comunidades de pobladores que se diferenciaban a niveles identitario y de religión” fue un proceso natural, el gobierno de Gran Bretaña dio prioridad a los grupos que apoyaran los intereses de la corona, comenta a Notimex Cira Palli-Aspero.


Entre estas decisiones desiguales que se vivían, se dio la eliminación de la autonomía política en la región, llevando a los nacionalistas irlandeses miembros del Partido Parlamentario Irlandés (IPP) a solicitar Home Rule, que consistía en un autogobierno, obtenido en 1912.


La acción promovió la creación de Ulster Volunteer Force (Fuerza Voluntaria del Ulster, UVF, por sus siglas en inglés), una organización armada que tenía como principal objetivo frenar la devolución de poderes.


Como respuesta los irlandeses nacionalistas formaron Irish Volunteers que defendían la instauración del autogobierno, este último se transformó en el Ejército Republicano Irlandés –el IRA (Irish Republican Army), mencionó la investigadora.


Recordó que en 1922 se firmó el primer acuerdo Free State of Ireland, que marcaba una tregua entre ambas regiones, lo que permitió que 26 condados del país formaran la República de Irlanda, mientras otros seis se integraron a la Gran Bretaña, esto generó opiniones divididas entre mantener la batalla o la tregua, sobre todo en la frontera que dividía a las regiones.


Tanto las protestas en contra de esta decisión como las acciones desiguales hacia los irlandeses católicos continuaron, tensión que se vivió sobre todo en la década de los sesenta cuando estas diferencias fueron públicamente expuestas y rechazadas en el marco del movimiento por los derechos civiles, detalló.


Las tensiones escalaron a tal nivel que el gobierno del Reino Unido decidió enviar el Ejército británico para restablecer el orden público, mismo que el IRA, en 1969 ya se había dividido en dos grupos, atacaba para demandar que las fuerzas fuesen retiradas y se reunificara el territorio con la República de Irlanda.


Treinta años de lucha entre el Norte y Sur de Irlanda que concluyó con la firma del acuerdo de paz en 1998 –conocido como “Good Friday Agreement” o "Belfast Agreement"-, dependiendo de qué comunidad lo nombre, a 20 años desde la firma de estos convenios el legado del conflicto sigue latente tanto en el marco político como en lo social, mencionó la experta.


“En el caso hipotético que se convocara un referéndum, y que el resultado fuera favorable a la reunificación de las dos Irlandas, ¿Cómo se llevaría a cabo? Preguntó.


“Los cambios no ocurren de la noche a la mañana. Hay periodos de transición y muchas preguntas a las que hay que dar respuesta desde cómo afectaría el sistema educativo, si hubiera apoyo por parte de lRA, o hasta si se tomaría una forma de estados federales o departamentos autónomos”, dijo.


Hoy en día la situación que enfrentan estas zonas ante el Brexit, pone a la República de Irlanda como el único territorio de la UE, que tendrá frontera terrestre con el Reino Unido, el cual tras el “Good Friday Agreement”, se estableció que no debería haber fronteras “duras” entre ambas regiones.


Sin embargo, dijo, existen algunas demandas de alzar la frontera de nuevo, lo cual incumpliría con los acuerdos de paz.


Además, al no existir una frontera “dura” entre los dos territorios significa que muchos ciudadanos la cruzan a diario por razones laborales o familiares. "Una frontera que suponga el control de aquellos que ahora se mueven libremente por el territorio tendría consecuencias nefastas para la economía tanto de Irlanda del Norte como de la República", destacó.


"Las dos Irlandas en el marco del Brexit es delicada y tiene que pensarse con mucho cuidado para no desestabilizar, hay un contexto que es mucho más profundo y complejo de lo ya sumamente complicado que representa la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el cual se debe considerar", puntualizó.