A-AA+
Con la Tekesiwt y el Bernos (vestidos tradicionales) puestos, diferentes platos de cuscús sobre la mesa y el folclore típico de cada región en cada rincón, los amazighs dieron este fin de semana la bienvenida al año nuevo año beréber o Yennayer.
Una tradición milenaria declarada este año Fiesta Nacional por primera vez en Argelia y que los bereberes pudieron celebrar en un ambiente de paz y armonía, de plena libertad, tras años de represión y combate.
Una prolongada lucha por los derechos de este pueblo que tiene su hito negro en la "primavera beréber" de 1980, año en el que el Ejército argelino usó la violencia desmedida para reprimir el movimiento de protesta que estalló en la región de la Cabilia en defensa de la lengua y la cultura beréber.
Casi cuatro décadas después, y bajo un paisaje nublado en el que destacan las cumbres de montañas cubiertas de nieve, cientos de personas procedentes de los valles de Mozabita (centro) y Aueres -región de los bereberes Chauis- se concentraron en la ciudad de Tizi Ozu, capital de la Cabilia.
Un desfile pleno de color en el que el sonido de los "bendir" (tambores) y el barúd (cañón) se mezclaba con la algarabía de los cerca de 10.000 jóvenes y niños que recorrieron el bulevar Abane Ramdane.
El calendario bereber, parecido al Juliano, arranca en el año 950 antes de Cristo, fecha en que el rey bereber Sheshonq I (Chichnaq) fue elegido faraón de Egipto y fundó la dinastía XXII, que reinó hasta el 715 A.C.
"Se dice que durante la victoria de Shichnaq los combatientes degollaron gallinas para celebrar el triunfo y las lanzaron al río Nilo, de ahí que se le conociera como mar rojo y por eso se cocina el cuscús con pollo como ritual plato tradicional", explicó a Efe un escritor aficionado de esta región.
"Es una ocasión que permite a todos los amazighs provenientes de cualquier parte reunirse. Hoy estamos muy contentos en la paz que se goza en nuestro país", dijo a Efe Na Fatima, una anciana artista invitada para animar la fiesta.
"Hemos preparado cuscús de pollo y dulces para recibir el nuevo año, que vino acompañado de nieve y lluvia, señal de prosperidad", agregó Na Fátima, para quien la decisión de que el Yennayer haya sido elevada a la categoría de fiesta nacional contribuirá aún más consolidar la unión entre el pueblo argelino. .
Un decreto firmado por el presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, el 27 de diciembre de 2017 "para consolidar la unidad nacional" y que este año presidió el gobernador de Tizi Ouzu, Abdelhakim Chater.
El largo fin de semana que da la bienvenida al año 2.969 del calendario berber arrancó la noche del viernes en la propia capital de la Cabilia con la tradicional "imensi n yennayer", una cena familiar compuesta principalmente del cuscús acompañado de aceite de oliva y "aghrum akughan" (pan duro cabil).
"Como hemos recibido a familias procedentes de otras ciudades como Ghardaia o Khenchla (en el centro del país) hemos compartido otros elementos en el marco de intercambio de ciudades", explicó a Efe uno de los organizadores.
"El hecho de que ahora sea una fiesta oficial dará un nuevo impulso (a la tradición), tendrá un impacto a la lengua amazigh y por extensión a la identidad beréber", agregó el responsable, miembro de la administración de Tizi Ouzou.
Una identidad que está muy extendida en el norte de África, no solo en las regiones montañosas de la costa norte y el centro de Argelia, si no también en las regiones agrestes de Marruecos y Libia.
Considerados los habitantes originales del norte de África, las comunidades amazigh fueron arabizadas e islamizadas en el siglo VIII durante la gran expansión territorial de la primera comunidad musulmana y del que después sería el imperio omeya.
Dueños de sus propia grafía, el Tifinagh, la comunidad cabil de Argelia es la más grande del país y la segunda más grande del norte de África.
En la zona argelina, de la que proceden conocidos deportistas como Zinedin Zidane o Karím Benzema, actúan varios movimientos de tinte nacionalista o independentista como el Arouch, berber, secular y proargelino, y el Movimiento para la Autonomía de la Cabilia (MAK), que en 2010 formó un gobierno provisional en el exilio en París.