Bendecir a las mascotas, una tradición que trasciende en la modernidad

Bendecir a las mascotas, una tradición que trasciende en la modernidad

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Como cada año, cientos de feligreses acuden hoy a los templos franciscanos o a donde se venera a San Antonio Abad a bendecir a sus animales, con un perfil moderno en el que las mascotas han dejado de ser herramientas para el trabajo o de compañía para formar parte de la familia.

En pleno siglo XXI, en el que la modernidad parece haber hecho a un lado las creencias religiosas, prevalece una espiritualidad donde las mascotas no están exentas, y al ser integrantes más de la familia, son llevadas para recibir la bendición que les permita preservar su salud.

Esta tradición tiene su origen en la Edad Media y tenía como propósito pedir la protección para los animales que servían o ayudaban al sustento del hombre, como los caballos, mulas, cabras borregos y animales de granja.

En México, esta práctica quedó inmortalizada en el cine, que en su época dorada, como en la película "María Candelaria", se destaca la importancia que los pueblos le daban a la bendición de los animales.

Hoy, la tradición ha trascendido a las ciudades, donde los animales han tienen incluso el rol de compañía y hasta familiar, por lo que llegado el 17 de enero, fecha en que se celebra a San Antonio Abad, es común ver en algunas parroquias a familias que llevan a sus perros y gatos para recibir una bendición.

Desde perros chihuahueños hasta canarios, tortugas y hamsters, la pequeña fauna es llevada por hombres, mujeres y niños a los templos.

Yo traigo a “Piloncillo”, que ya está viejito, pero me sigue acompañando desde hace 15 años, comentó la señora Adriana, quien lleva a su pequeño y regordete can en brazos, ataviado con un listón rojo en su collar y flores tras recibir la bendición al final de la misa.

Lo mismo ocurre para el pequeño Iván, un menor de tres años que, acompañado de su familia, lleva a su gatito a recibir las palabras de la abundancia divina.

“Es importante que desde niños sepan tener respeto por los animales y les den un trato digno como nuestros compañeros por nuestro paso en esta vida”, expresó Juana, la madre del menor mientras cargaba a su hijo en brazos.

Y en efecto, ese es uno de los llamados que hace el Papa Francisco en su encíclica "Laudato Sii", donde se convoca a la humanidad a reconocer la importancia de cuidar y respetar "la casa en común", que se comparte con todos los seres vivos.

De acuerdo con el padre José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, esta tradición predomina principalmente en los templos de los pueblos donde hay animales de granja.

Es por ello que en municipios como Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan y Coyoacán todavía es común ver esta práctica, al existir todavía pequeñas granjas que hasta hoy producen, aunque a menor escala, productos para el autoconsumo.

Pero también hay colonias donde la gente posee animales de compañía y que al considerarlos parte de la familia, piden a Dios por su salud, como sucede en templos como el de San Migue Arcangel, Chapultepec; San Juan Bautista, en Coyoacán, incluso en la misma Catedral Metropolitana.

Según la tradición, la razón por la que se bendice a los animales el 17 de enero, día de San Antonio Abad, es porque a este santo se le atribuye la protección de los animales, lo mismo que a San Francisco de Asís.

San Antonio Abad fue uno de los santos fundadores monaquismo, quien de jovencito leyó aquel pasaje bíblico del rico que rechazó la petición de Jesús de vender todo y seguirlo, por lo que el joven, que había nacido en la opulencia en el año 251, decidió dejar la riqueza por seguir a Jesús.

Durante su vida en el desierto, San Antonio recibió muchas tentaciones, las cuales con frecuencia se le presentaban en forma de animales. Por ello, los pintores lo representaron rodeado de estos seres vivos y debido a eso la gente tomó la idea de que él era el protector de los mismo.