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Calais, Fra.- Las fuerzas de seguridad patrullan por tierra, mar y aire el norte de Francia, revisando playas, dunas y las frígidas aguas costeras, en un esfuerzo por poner fin a un nuevo fenómeno: el de migrantes iraníes desesperados que tratan de llegar a Gran Bretaña cruzando el Canal de la Mancha en pequeños botes de goma.
Las medidas de seguridad están rindiendo dividendos.
Una patrulla descubrió un bote motorizado con cuatro personas a bordo esta semana en las dunas al sur de Calais.
El objetivo es salvar vidas en uno de los canales más transitados y traicioneros del mundo, famoso por sus fuertes corrientes, y capturar a traficantes que parecen haber encontrado una nueva y lucrativa forma de ganar dinero.
Las autoridades contabilizaron 71 cruces o intentos de cruce en el 2018, incluidos 57 tan solo en noviembre y diciembre, según el ministerio del interior. Cuarenta de esos cruces concluyeron con éxito y la mayoría de los 504 migrantes que intentaron el cruce llegaron a aguas británicas o a la costa. En el 2017 hubo solo 12 cruces de ese tipo.
No se conocen casos en que migrantes se hayan ahogado intentando hacer el cruce, pero las autoridades temen que sea solo cuestión de tiempo.