Macron combate descontento con debates públicos

Los “chalecos amarillos” emprenderán su décima jornada de movilizaciones

Macron combate  descontento con debates públicos

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París, Fra.- Frente el desafío de los “chalecos amarillos”, que hoy emprenderán su décima jornada de movilizaciones, el presidente francés, Emmanuel Macron prosiguió este viernes su periplo de debates públicos con los que pretende responder al descontento popular.

Mientras el Gobierno ha apelado a los ciudadanos a debatir sobre los problemas del país, el presidente se prestó al ejercicio ante unos 600 alcaldes rurales del sur del país, el segundo maratón de preguntas y respuestas tras el del pasado martes en Normandía (norte).

Los problemas de la Francia más profunda fueron de nuevo puestos sobre la mesa, muchos de ellos escuchados en las protestas de los “chalecos amarillos” que comenzaron hace dos meses y que han obligado al presidente a dar un golpe de timón a su política.

Emmanuel Macron escuchó las dificultades para llegar a fin de mes de numerosos ciudadanos a través de la voz de sus alcaldes, los problemas que supone para ellos, obligados cada día a desplazarse en coche, la subida del carburante o las deficientes infraestructuras.

El presidente, tachado con frecuencia de urbanita y que sustentó su victoria electoral de 2017 en el masivo apoyo de las grandes ciudades, no desperdició la ocasión para contrarrestar esa imagen y también mitigar la arrogancia que le reprochan sus enemigos.

Como ya hiciera hace cuatro días en Normandía, Macron explicó que el descontento expresado por los “chalecos amarillos” se asienta en una fractura social que, a su juicio, no han sido capaces de sanar los sucesivos gobiernos de los últimos 30 años.

Por el momento, no parece haber doblegado la voluntad de los autoproclamados representantes de los “chalecos amarillos”, que a través de sus canales habituales de las redes sociales han vuelto a convocar protestas para este sábado.

París vuelve a estar en su punto de mira, lo que ha llevado a las autoridades a prever un gran dispositivo de seguridad para evitar incidentes.

Tras dos sábados consecutivos de descenso de la movilización, el pasado vivió un resurgimiento, con 84.000 manifestantes en todo el país. La oposición ha comenzado a criticar los debates y acusa a Macron de temer el contacto directo con el público.