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Permisionarios del transporte urbano expresaron que el retiro de unidades viejas compete exclusivamente a la SCT estatal, advirtiendo que esto perjudicará las frecuencias de paso de varias rutas y la cobertura de horarios.
Además, expresaron que como empresarios no cuentan con capacidad financiera suficiente para integrar unidades nuevas al servicio y que el reciente aumento a la tarifa pública solo alcanzará a cubrir una parte mínima de los gastos de operación de los camiones.
En voz de uno de sus líderes, Margarito Terán López, los permisionarios señalaron que, por ejemplo, la adquisición de combustible diésel representa el 40 por ciento de dichos gastos de operación.
“Una sola unidad requiere de 60 mil pesos de combustible al mes; no se puede pensar que del aumento de 50 centavos a la tarifa va a sobrar dinero para comprar camiones nuevos”.
Apenas ayer martes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del estado informó que ya había iniciado el retiro de unidades con más de 20 años de servicio.
Por su parte, usuarios del servicio expresaron que más que la antigüedad de los camiones, lo que realmente impacta al medio ambiente es la falta de mantenimiento de muchas unidades.
En casi cualquier avenida de la ciudad es posible observar camiones de pocos años de servicio que, sin embargo, expulsan grandes cantidades de humo negro y contaminante al aire.