a toda máquina

Gael García Bernal y Diego Luna se reúnen en la serie ‘La Máquina’, una antifábula sobre el fracaso

Londres. -  Los actores mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna se reencuentran en su nueva serie ‘La Máquina’, una “antifábula” sobre la amistad, el poder y el fracaso con la que exploran la idea de “cómo a veces perder es la mejor opción”, explican en una entrevista con EFE.

A García Bernal y a Luna los une una relación muy estrecha desde su infancia, tanto en lo personal como en lo profesional, por lo que su innegable química trasciende la ficción y a sus respectivos ‘alter ego’ en ‘La Máquina’, el boxeador Esteban Osuna y su mánager, Andy Luján, después de más de una década sin aparecer juntos en pantalla. 

Con un indudable ADN mexicano, la idea de ‘La Máquina’ se fraguó durante 15 años, fruto de la afición de ambos actores por el mundo del boxeo y, según describe García Bernal, ha sido un experimento en el que pusieron parte de su experiencia, reafirmaron sus deseos y estuvieron constantemente aprendiendo y desaprendiendo.

“Queríamos hacer una antifábula con esta serie, queríamos hacer un cuento de cómo a veces perder es la mejor opción o cómo perder es la manera de ganar tu libertad y creo que también en la vida, que no es de perder o ganar, a veces no sucumbir a la tentación del éxito es la mejor manera de obtener tu libertad”, añadió el actor de ‘Mozart in The Jungle’. 

Su personaje en la serie, el boxeador Esteban ‘La Máquina’ Osuna, afronta el final de su carrera profesional y de su futura vida fuera del ring, pero los negocios sucios de su mánager (Diego Luna) le obligan a batirse en un último combate, al mismo tiempo que lucha contra los demonios internos de su pasado, y debe discernir entre lo real y lo imaginario.

Un ‘loco cuerdo’ 

Según García Bernal, hay pocos personajes en la ficción actual como el de Esteban Osuna, una especie de ‘loco cuerdo’ que recuerda a Don Quijote porque para él “la locura es también salvación, es como una quimera que se persigue” pero en sus delirios irrita a la gente de su alrededor y se convierte en un ser “completamente inalcanzable”.

Por su parte, el personaje de Luna -completamente irreconocible en la serie- es el reflejo del fracaso. Siempre a la sombra del éxito de Esteban, en lo personal Andy está acomplejado con su aspecto físico y recurre a las inyecciones de bótox para sentirse mejor; pero tampoco es capaz de concebir con su esposa y además está sometido al extraño complejo de Edipo que lo une a su madre.

“El fracaso sería dejar de intentar lo que me gusta y por suerte no estoy ni cerca”, reflexiona un Luna alejado de su personaje, pues asegura sentirse afortunado de poder volver a trabajar con García Bernal, a quien califica como una de las personas más importantes de su vida, y a la vez “sentir que los retos no se acaban”.