En vísperas del Día de Muertos, que se conmemora el próximo 1 y 2 de noviembre, el altar y la ofrenda no pueden faltar en las casas de quienes rinden homenaje a sus seres queridos que ya fallecieron con esta tradición llena de color que caracteriza al pueblo mexicano.
El origen de esta tradición tiene raíces prehispánicas, ya que los mexicas celebraban a sus muertos al finalizar la temporada de cosecha entre septiembre y noviembre, posteriormente se mezcló con algunas de las creencias de los conquistadores españoles hasta formar los rituales que se conocen el día de hoy. Cabe destacar que muchos de ellos mantienen la misma esencia ancestral de rendir tributo a quienes ya no están.
Un dato curioso que pocos saben sobre esta celebración es que las almas de quienes murieron inesperadamente en accidentes y tragedias tienen otra fecha en su regreso al mundo terrenal, de acuerdo con las creencias religiosas.
De acuerdo con las creencias ancestrales, las almas de los difuntos llegan al altar en orden, dependiendo de la forma en que fallecieron y a pesar de los días más reconocidos en los que esto sucede son el 1 y 2 de noviembre, en algunas culturas esperan el regreso de sus seres queridos desde la última semana de octubre.
Por lo tanto, el día destinado para el retorno de las ánimas de quienes murieron en un accidente o tuvieron un fallecimiento repentino es el día 28 de octubre, pues al igual que en su muerte, su regreso del más allá se adelanta.
Otra de las creencias es que los ahogados o personas que fallecieron a causa de una tragedia llegarán al altar el día 29 de octubre, después de los accidentados.