CIUDAD DE MÉXICO, agosto 6 (EL UNIVERSAL).- En la actualidad, los corridos tumbados se han convertido en uno de los géneros musicales más populares entre los jóvenes, pero este ascenso en su popularidad también ha traído consigo una serie de polémicas. Las letras de este género a menudo abordan temas de violencia, sexo y tráfico de drogas, lo que ha generado preocupaciones sobre la posible apología del delito en estas canciones.
La controversia ha llegado a tal punto que varias ciudades en México han decidido prohibir los conciertos de artistas que interpretan corridos tumbados. Una de estas ciudades es Cancún, en el estado de Quintana Roo, donde se han prohibido todos los espectáculos públicos que puedan promover la violencia.
Aunque la prohibición no menciona específicamente los corridos tumbados, este género musical se encuentra mayormente afectado por esta medida. Jorge Aguilar Osorio, secretario general del Ayuntamiento de Benito Juárez, afirmó que esta restricción no busca limitar la libertad de expresión, sino más bien mantener la paz y el orden en la ciudad. La relación entre los conciertos de corridos tumbados y el aumento de la probabilidad de incidentes violentos ha llevado a la implementación de esta medida.
En el municipio de Chihuahua también se ha tomado una postura similar. Aunque los corridos tumbados y el reguetón no están prohibidos en sí mismos, se han establecido multas para aquellos artistas que interpretan canciones que promuevan la violencia o denigren a las mujeres. Las multas económicas por violar esta regulación pueden oscilar entre 674 mil y un millón 244 mil pesos. El alcalde Marco Bonilla enfatizó que esta medida no busca restringir la libertad de expresión, sino más bien erradicar la violencia en los conciertos, especialmente la que afecta a las mujeres en la comunidad.
Hasta el momento, estas son las dos principales ciudades mexicanas que han establecido restricciones específicas en relación a los corridos tumbados. Aunque se han discutido prohibiciones similares en otros lugares, como en Nayarit, donde se intentó limitar la exposición de los niños a esta música, aún no se han implementado medidas de manera tan amplia.