De cómo Prince se convirtió en Prince

Publican “The Beatiful Ones”, autobiografía de la estrella de la música

Madrid.- “The Beautiful Ones”, relato en primera persona de “cómo Prince se convirtió en Prince”, de su manera de ver la vida y el arte, llega este día a las librerías en su versión en español cuando se cumplen tres años y medio del fallecimiento de una de las figuras más relevantes e influyentes de la música.

“Varias personas a las que amaba y admiraba estaban empezando a caer enfermas, lo que le había hecho consciente de su propia mortalidad. Ahora más que nunca comprendía el valor de contar su propia historia”, explica en esas páginas Dan Piepenbring, elegido por la estrella para ayudarle en la narración de esta obra.

Entre fotos inéditas, dietarios y apuntes íntimos, el libro arranca con una introducción elaborada por este escritor y editor que se convirtió en el responsable de completarlo tras el inesperado fallecimiento del astro musical por una sobredosis de fentanilo. De ese proceso de reconstrucción habla largo y tendido.

“Hablé con Prince por última vez un domingo, el 17 de abril de 2016, cuatro días antes de su muerte”, rememora tras quedarse huérfano del vértice imprescindible del proyecto y después de tres meses de llamadas esporádicas y apenas 30 páginas de apuntes a mano que se reproducen en el libro.

DOCUMENTOS

A partir de las anotaciones y de documentos hallados en la residencia de Paisley Park, en Minnesota, llevó años concluir “The Beautiful Ones” (Reservoir Books), en un intento por cumplir la voluntad original de que sirviera como manual sobre el proceso creativo y la industria musical e incluso como altavoz contra el racismo.

“La enormidad de su archivo nos dio esperanzas. Había una manera de dar carta de naturaleza a sus ambiciones sin comprometer la integridad del proyecto (...). Si incluíamos únicamente objetos que habían sido suyos, sabríamos que teníamos algo auténtico entre manos. Solo las cosas que había guardado nos transmitían algo. La voz del libro podría ser la suya”, sentencia Piepenbring.

TESTIMONIOS

Dividido en cuatro partes, la primera contiene el testimonio autobiográfico que dejó. “Cada nuevo curso escolar los niños y los maestros se burlaban de mi nombre, pero nunca me molestó porque era único. Nadie tenía como nombre de pila Prince. Excepto yo”, señala en sus divagaciones sobre la singularidad.

“Muchos artistas caen por la madriguera de conejo de sus fantasías y no regresan nunca. Ha habido muchos que han censurado esto como una forma de autodestrucción, pero yo prefiero el término libre albedrío. La vida es mejor vivida. El camino que uno toma nos aleja del resto. Aquellos a los que consideraban diferentes eran los que más nos interesaban”, destaca en esta primera parte.