CIUDAD DE MÉXICO, agosto 12 (EL UNIVERSAL).- Con capacidad para 2 mil personas de pie, Drake Bell se unió al carrusel de conciertos del mes de agosto en la ciudad de México, y no iba a desaprovechar la oportunidad de cautivar aunque fuese a una parte del público que lo quiere en la capital.
El rockero, se volvió famoso gracias a la serie que protagonizó de 2004 hasta el año 2007 titulada "Drake y Josh", tres años que bastaron para que desde Nickelodeon a México se formara un ícono de la cultura pop que se fortaleció con viajes al país, donde fortaleció su vínculo con el público hispano.
Varias de sus canciones, que tocó en vivo este viernes, pertenecen a esa faceta como actor, como las canciones como "Found a way", el clásico tema que presentaba la serie, y otros como "Soul man", o "I know", que también cantó durante su repertorio de poco más de una hora en las entrañas de la capital.
Durante ese tiempo Drake solo se dedicó a entregarse completamente a su público, y con una camisa de leopardo comenzó a provocar los gritos de "¡encuérate!", que probablemente aludían a las fotografías que se filtraron hace dos años donde se le veía completamente desnudo.
Pero dentro de todo su show, el tema que más cautivó fue su cover de "La camisa negra" canción del grupo Juanes que Drake interpreta como si fuese nacido en Colombia sin titubear un segundo en su pronunciación en español.
A eso se sumaron otros covers como "Suspicious minds" original de Elvis Presley, que Drake preparó durante el soundcheck, según dijo a medida que avanzaba el show, y también la canción "Something", compuesta por George Harrison para el Abbey Road de The Beatle.
Luego de otros temas como "Makes me happy", "Going away", "it's never over" Drake hizo un falso final, en el cual las poco más de mil personas en el inmueble de la Hipódromo Condesa corearon su nombre exigiendo otro tema el cual el cantante estadounidense ofreció, para finalmente despedirse.
Pero el último adiós vino afuera del inmueble, cuando en un automóvil el cantante se fue del lugar, siendo perseguido por sus fans entre las calles, todavía se detuvo en un semáforo de la avenida Insurgentes Sur para despedirse con fotografías y una sonrisa en el rostro de su público chilango.